Clara. La musa
Fecha: 27/04/2025,
Categorías:
Lesbianas
Autor: LaFilaDeAtras, Fuente: CuentoRelatos
... escalofrío de la espalda de Clara.
El hechizo duró poco y, en vista que los fluidos de Clara hacía rato que habían empapado los leggings y comenzaban a mojar las sábanas, Rosa optó por tumbar a su nueva compañera, y quitarle los leggings. Después de todo, eran demasiado bonitos como para rasgarlos.
Antes de que Clara pudiera reaccionar, la brasileña salió de la cama, sin dejar de mirar a su amante, y con movimientos sensuales se quitó el pantalón, quedando como única prenda un tanga negro de encaje, húmedo de fluidos. Clara, impaciente, saltó hacia su bonita compañera, la enganchó de la cintura y la atrajo hacia sí, quedando ambas tumbadas de medio lado, una enfrente a la otra, unidas por largos y cálidos besos, solo interrumpidos por suspiros igual de largos, ocasionados en parte por el roce de las manos de ambas en el cuerpo de la otra.
Rosa que jugaba con la boquita de Clara, cambió de plano, y fue bajando poco a poco, lamiendo cada rincón de la estudiante: el hueco de la clavícula y ambos pezones; el piercing en el ombligo de la joven fotógrafa y, finalmente, el lugar donde debería haber estado el vello púbico, que se demostraba limpiamente afeitado. La lengua de Rosa se afanaba con los labios inferiores de Clara, alternando entre caricias a la vulva y besos a la cara interna de los muslos. La sin hueso de la amante brasileña jugueteaba con el clítoris en largas pasadas, lamía los labios menores e incluso se acercaba al ano limpio de Clara, quien suspiraba y ...
... gemía como una caldera a punto de estallar, jugando con el suave cabello corto de su Rosa.
Al poco de las caricias de Rosa, la aspirante a fotógrafa estalló, frente a la cara de su brasileña, en una oleada de éxtasis puro, el primer orgasmo, que la hizo temblar de la cabeza a los pies. -Lo… lo siento, tenía que haber avisado…- balbuceó Clara. Rosa sonrió, gateó hasta la cara de su amante y la besó largamente.
-¿Qué tal sabe?- fue lo único que respondió. -Quiero que me hagas sentir igual, cielo- la apremió Rosa.
En apenas unos minutos de cariño y besos, Clara volvía a suspirar, ardiente. Era su turno, y estaba dispuesta a devolver el doble de lo que la hermosa brasileña le había dado hoy, por lo que comenzó tomándola de la cintura, para aprisionar un pezón como rehén, lamiéndolo, mordisqueándolo y saboreando el embriagador gusto de las bolitas metálicas. Era adictivo, y por los suaves gemidos que Clara podía escuchar, no era la única que estaba disfrutando.
Fue bajando su atención, acariciando el vientre plano de su musa, el pequeño ombligo, hasta llegar a su zona púbica. Llegando al xoxito, se detuvo a besar el clítoris, viendo como el generoso pecho de Rosa subía y bajaba agitadamente. Poniendo en práctica sus propias experiencias en soledad y con otras mujeres, sin dejar de besar y lamer el botón de placer, le metió a Rosa dos dedos, que comenzó a mover muy suavemente. Por ser marzo, Clara tenía todavía las puntas de los dedos frías, provocando un gemido adicional ...