1. Una fuente incomparable de fruición


    Fecha: 29/04/2025, Categorías: Bisexuales Autor: Daigarus, Fuente: CuentoRelatos

    ... pingas todavía estaban en condiciones de excretar fluidos. Para Javier y Ernesto hacer eso implicaba utilizar más brío; en cambio, para Estela sólo implicaba deleitarse con toda libertad. El ser mujer resultaba más conveniente a la hora de fornicar.
    
    Mientras la inminente corrida estaba en camino, Ernesto sintió que se abatiría después de terminar. Lo que no sabía era que Estela tenía pensado quedarse un rato más con ellos. Como era fin de semana, tenían toda la noche para divertirse entre los tres. A ninguno le afectaría quedarse hasta la madrugada o hasta la mañana del día siguiente inclusive.
    
    Finalmente, los hombres cayeron rendidos ante la consunción del coito. Javier la sacó del culo de Ernesto y éste se despegó de Estela. Estaban tan cansados que apenas tenían ganas de levantarse. Se reacomodaron en la cama y compartieron mimos y caricias. La dueña de la casa estaba contentísima con lo que había vivido. No podía estar más agradecida. De hecho, creía que todavía había una oportunidad más para darles el gustito final.
    
    Los masturbó a los dos, una verga en cada mano. Se las jaló con premura para que se vinieran lo antes posible. Las erecciones ya no tenían la misma dureza de antes, lo cual no significaba que no pudieran eyacular una vez más. Ella estaba convencida de que podía sacarles todo el jugo. Dejarlos secos era su objetivo. No le importaba cuánto tiempo le tomase.
    
    Lo bueno fue que ninguno de los dos aguantó más de nueve minutos de jalada, se vinieron por ...
    ... última vez, largando las últimas gotas de semen. Después de eso, se sintieron totalmente satisfechos. Le agradecieron a Estela por haberles dado tanto placer y por haberles preparado la cena. La besuquearon entre los dos y le tocaron el cuerpo.
    
    Recostados en la cama, se tocaron unos a otros e intercambiaron besos y lamidas. Las seis manos iban y venían de un lado a otro, rozando zonas erógenas y magreando partes sensibles. Dejaron atrás los genitales para centrarse en otras partes del cuerpo. A Estela la manosearon con todo el cariño del mundo y le dieron besitos en las mejillas. Estaban muy felices de haber compartido la noche con ella.
    
    Finalizada la sesión de amor que con tantas ansias habían esperado, fueron al baño, se lavaron con agua y jabón, se pusieron la ropa y el calzado, salieron de la habitación y se dirigieron a la sala. Ante la puerta se pusieron de pie y hablaron de lo bien que habían pasado la velada. Javier y Ernesto tenían sueño y querían irse a dormir. Ella seguía acelerada y tenía energía de sobra.
    
    —Para mí fue asombroso lo que hicieron —reconoció Estela—. Hacía tiempo que no me corría así. Me han dejado contenta.
    
    —No, tú nos dejaste contentos a nosotros —Javier le respondió—. Sí que la pasamos bien entre los tres.
    
    —Valió la pena la espera.
    
    Se despidieron de ella a eso de las tres de la mañana, salieron de la casa, desanduvieron el mismo sendero de la entrada, atravesaron el portón y retornaron a la acera. Lo único bueno era que ya había ...