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El motero
Fecha: 09/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... papaba. Lo que era indisimulable estando desnudo era su barriguita, que sin ser preocupante si empezaba a asomar de manera alarmante. Se inclinó sobre su lado derecho y se arrimó a su novia. Ésta sintió la dureza del miembro de su novio presionar contra su pierna e incluso la humedad del líquido preseminal: -Fer, pareces que estás contento, ¿no? -Ana, es que me pones muy burro estando desnuda en la playa. La mujer deslizó su mano izquierda entre los dos cuerpos y alcanzó la polla de su chico. La agarró y la comenzó a mover lentamente. Fernando suspiraba junto a su oído y susurrando cuánto le gustaba: -Joder, Ana, que buenas pajas haces La novia suspiró y giro su cabeza para besar a su chico. Fer la rodeó con su brazo izquierdo y acarició una de sus tetas provocando que su pezón se endureciese: -Fer, no sigas que me estoy poniendo muy cachonda. La mujer sintió como su coño se humedecía excitado por las caricias de su novio sobre su pecho. Ella continúo con la paja y él comenzó a mover su cadera intentando follarse la mano de ella: -Disimula Fer, que cualquiera que te vea sabe lo que estamos haciendo. -Vamos a las rocas y me la terminas. -No, si te estas quieto te la hago aquí. Ana se giró contra Fer. Ahora estaban encarados y sus cuerpos muy juntos. Esta posición era tan delatora como el movimiento de cadera del hombre pero continuaron así. Se besaron sin dejar de tocarse. Ella, se había acomodado y accedía a la polla de su novio de manera ...
... más cómoda. Fer, por su parte, tenía acceso al coño de ella y comenzó a acariciarlo. Pasó su mano por la estrecha franja de vellos que cubría la rajita de la chica. Uno de sus dedos se introdujo entre los labios vaginales. Se estaban masturbando mutuamente. De repente Fer comenzó a convulsionar y eyaculó contra el cuerpo y la mano de su novia. El líquido viscoso y caliente impactó por debajo del ombligo, el resto quedó enredado en los finos dedos de Ana. Ella suspiraba sintiendo como los de Fer hurgaban en cada pliegue de su vagina caliente y húmeda. El hombre comenzó a moverlos dentro de ella que boqueaba intentando no gritar cuando el pulgar de su pareja presionó su clítoris. Tuvo que acercarse a él y morderle un hombro cuando el orgasmo la invadió de manera morbosa, evitando así gritar. Sus corridas solían ser muy escandalosas. Un baño les sirvió para refrescarse y limpiarse los restos de fluidos corporales antes de ir a comer al chiringuito del camping. Ana miraba la carta tras unas gafas de sol que le daban un aspecto sofisticado. Con sus dos trenzas, una camiseta de tirantas que dejaban claro que no llevaba sujetador y una faldita vaquera para tapar la carencia de braguitas, se apoyaba en una pequeña valla que delimitaba la tarima de madera del chiringuito. Fer bebía una cerveza observando a su novia. De repente, un ruido de motor llamó la atención de la pareja. Ambos miraron en dirección a la entrada del camping. Ésta se encontraba a pocos metros del lugar ...