1. El motero


    Fecha: 09/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dejo caer el peso de su cuerpo sobre Fer y logró encajarla entera:
    
    -Ahhh, sí, joder. Ana se empaló en la polla de Fer y la sintió llegar muy dentro.
    
    Apoyada con una mano en el pecho de él, la mujer comenzó a botar sobre aquel embolo de carne. Sus nalgas golpeaban sobre el regazo de Fer y sus cuerpos sudorosos producían el excitante sonido característico de una buena follada. Entre jadeos y suspiros ambos llegaron al orgasmo:
    
    -Me corro, Ana, me corro.
    
    Ella, haciendo oídos sordos, continuó botando sobre la polla de Fer hasta que una corriente eléctrica recorrió su columna de arriba abajo y con un grito atronador alcanzó un maravilloso orgasmo. Cayó de bruces sobre el cuerpo de Fer y quedaron dormidos, ella sobre él, mientras la polla perdía dureza y el semen caía desde el coño de la mujer hasta las piernas del hombre.
    
    Ana no supo calcular cuanto tiempo estuvo dormitando cuando el calor de la tienda y lo incomodo de la postura la despertó. En cualquier caso no había sido demasiado. Se vistió y abrió la cremallera para airear y poder salir del iglú. Se sorprendió al comprobar que en la parcela vecina había otra tienda. Pero de esas unipersonales. Dirigió su mirada y se sorprendió.
    
    Frente a ella un hombre leía tumbado. Al sentirla, él la miró dedicándole media sonrisa antes de saludarla. Ana volvió a meterse dentro de su tienda. Se ruborizó ante la posibilidad de que aquel desconocido la hubiese podido oír cuando se follaba a su chico:
    
    -Fer, ...
    ... despierta.
    
    -¿Qué pasa?
    
    -Qué vergüenza. Tenemos un vecino y seguro que me oyó gritar cuando follábamos.
    
    Fer estalló en una carcajada.
    
    -Pues mejor para él.
    
    Ana se sintió incomprendida por su chico. Casi enfadada salió de la tienda sin mirar al tipo que seguía leyendo y tras pasar por los servicios se fue al chiringuito. Unos minutos después llegó Fer. Ana le miró seria para luego sonreír:
    
    -En el fondo te ha puesto cachonda que el tipo te oyera....
    
    -Cállate joder....
    
    -Venga Ana, que te conozco....
    
    Ella, simulando un enfado infantil, hizo pucheros. Hasta que Fer llamó su atención:
    
    -¡Mira quién es! -dijo asombrado.
    
    El vecino era el motero de la BMW. Ana lo escrutó. El tipo era un maduro que rondaría los 50 años. Muy alto, de complexión atlética. Espaldas anchas, muy buen culo. Con el pelo corto y cara angulosa, tenía un aire canalla irresistible. Se colocó el casco y se montó en la moto. Dirigió la cabeza hacia donde se encontraban ellos como si se sintiese observado. Fer retiró la mirada. Ana se quedó enganchada. Algo en su interior hizo "click". El tío estaba buenísimo, le gustaban las motos y la había oído follar.
    
    Todo esto comenzó a dar vueltas en su cabeza y se manifestaba con una extraña excitación. Sentía su clítoris latir y como su rajita se humedecía de flujos calientes. ¿Un flechazo? ¿Un enamoramiento a primera vista? No, no podía ser nada de eso. Era una situación de calentura transitoria:
    
    -Ana, Ana.... -llamaba su atención Fer.
    
    -¿Qué...?
    
    -Qué ...
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