1. Una noche con Mar (1 de 3)


    Fecha: 12/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Chicles, Fuente: CuentoRelatos

    Esta es una fantasía con mi amiga Mar, a quien sólo conozco por los relatos que publica como “Mar1803”, además de los correos y fotos (¡qué fotos!) que generosamente me ha obsequiado a través de casi ocho años.
    
    Aclaración: para escribir esta fantasía, además de mis ganas de Mar, me he apoyado en lo que ella cuenta de sus relatos y de lo mucho que hemos platicado en nuestra correspondencia electrónica. Seguramente, y antes de que me reclamen, he tomado algunas ideas, o quizá frases completas, de los relatos de otros autores.
    
    En el penúltimo correo, Mar me contó que su marido saldría durante una semana a trabajar fuera de la entidad donde viven. Además, su hija y su hijo menor irían a visitar a una tía que la había invitado desde el domingo, aprovechando una semana que le correspondía en el resorts que ella pagaba. Por si eso fuera poca coincidencia, ella se quedaría en casa para atender a su hijo mayor, pero (¡casualidad!) ese hijo había sido llamado para concursar durante dos días (lunes y martes) por una plaza de trabajo, que anhelaba mucho, en otra ciudad. Su soledad comenzaría el martes, después del “maratón” de amor que ella acostumbraba desde el viernes en la noche hasta el lunes.
    
    “¿Y sí puedes continuar el maratón el lunes en la noche y el martes?”, le escribí. “¿Con quién?”, respondió. “¡Conmigo, nos vamos a donde quieras!”. “Háblame mañana a las 11 am” fue la respuesta, acompañada de su número de teléfono. De inmediato le envié un Whatsapp para que me ...
    ... añadiera, y así lo hizo.
    
    Al día siguiente, hice puntualmente una video llamada. Como ya dije, nos conocemos en fotografías. Al parecer, ella se estaba vistiendo después de salir del baño y me estaba esperando con una bata.
    
    –¿Estás solo y puedes ponerte cómodo para reconocerte bien? –contestó abriendo la bata y vi su pecho.
    
    –¡Guau! ¡Claro que te reconocí el rostro!, pero también veo que sí eres tú… –dije apretándome el bulto en crecimiento.
    
    –Yo también sé, por tu cara, que eres tú, pero confírmamelo así –dijo bajando la lente hacia su panocha.
    
    –¡Qué vellos tan hermosos! –expresé, y me abrí la bragueta, para extraer con mucha dificultad la tranca que la tenía al tope–. Estoy solo, pero en mi oficina, en mi escuela –expresé enfocando mi verga mientras me sacaba los huevos, también con mucho trabajo.
    
    –Sí, eres tú… –dijo y volvió a enfocar su cara con un gesto de lascivia, relamiéndose la boca.
    
    –Debo guardar mi “credencial de identificación”, pues podría venir alguien –le expliqué, aunque había puesto seguro a la puerta antes de marcarle.
    
    –Lo entiendo, yo también –dijo cerrándose la bata.
    
    Después de una charla que dejó en claro que aprovecharíamos la oportunidad que el destino nos daba para el retozo, y los detalles para que el encuentro se diera, nos despedimos.
    
    Resumo los detalles: Debería ser en su casa (ella debería estar allí necesariamente y no veía el hotel como opción, yo llegaría después de las diez pm, la llamaría para que supiera que ya estaba por ...
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