A tres pollas
Fecha: 15/05/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Einar Cano, Fuente: CuentoRelatos
... sabes que soy muy reservado – soltó una carcajada.
Conocía a aquellos dos, eran amigos de Pedro, regentaban una cervecería de bastante éxito en una de las mejores zonas de la capital, Pedro y yo habíamos ido varias veces, sabía que eran pareja pero no tenía ni idea de que estaban al tanto del tipo de relación que manteníamos, incluso conocían a los hijos de Pedro.
El tal Ramón era el que estaba sentado en la silla de la barra, era mayor que Pedro, le calculaba unos setenta años, pelo muy blanco y piel también blanca, de ojos azules, delgado y bien proporcionado, de pezones pequeños y rosados.
- Sí que está bien tu zorra - ahora hablaba el que se encontraba en el Chester - ¿es servicial?
- Claro que sí Jorge, solo tienes que decirle lo que quieres y ella lo hará sin rechistar.
El tal Jorge era joven, no creo que llegara a los cuarenta, estaba muy definido, muy moreno de piel y de pelo, ojos oscuros, una verdadera belleza gitana.
- Ven aquí zorra.
Miré a Pedro y asintió levemente con la cabeza. Los sofás habían sido alejados, la mesa de centro había sido retirada y en el lugar habían colocado cubriendo el suelo una especie de alfombra de lona negra, Jorge me estaba señalando precisamente el centro de esa lona.
- Quiero verte bien, zorra.
Se levantó, tenía la polla morcillona y aun así era más grande que la mía o la de Pedro. Giró alrededor como si estuviera valorando lo que estaba comprando.
- Plaf – me dio una cachetada en el culo – joder, vaya ...
... culazo.
Se detuvo frente a mí, agarró la cadena que unía mis pezones y tiró hacia abajo.
- Ufff, - dolor y placer, la combinación que me ponía cachonda.
- Arrodíllate perra, quiero que me la comas.
Su polla quedó ante mis ojos, la agarré y la descapullé, abrí mi boca y me la metí, inicié un movimiento de vaivén, esa verga iba creciendo llenándome la boca, agarré sus nalgas con mis manos, las tenía duras, comenzó a mover las caderas follandome mi boca, su polla me llegaba a la campanilla y aún quedaba fuera un buen trozo.
- Mmm, es verdad que sabes comerte una polla, zorra, uf.
Ramón llegó por mi derecha, agarré con la mano la verga de Jorge y me volví, una polla con unos huevos colgónes y rosados apuntaba a mi cara, la agarré, dejé el glande al descubierto, besé el frenillo y me metí aquella cosa en la boca mientras con la otra mano pajeaba a Jorge.
- Uuh, que boca, mariconazo, que lengua tienes, aah.
Alternaba entre las dos pollas, las pajeaba y me las metía en la boca, la de Ramón me cabía bien, la de Jorge me costaba, se me saltaban las lágrimas y se me corría el rímel, Pedro me miraba con cara de sátiro mientras se masajeaba los huevos y la polla sentado en uno de los sofás.
- Ven aquí putita, quiero que me comas el culo.
Ramón se tendió en el suelo boca arriba, levantó las piernas y se las sujetó por las corvas, solté la polla de Jorge y abrí sus nalgas dejando a la vista su esfínter, escupí y con la lengua se lo follé, mordí, succioné y volví ...