A tres pollas
Fecha: 15/05/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Einar Cano, Fuente: CuentoRelatos
... asii.
- Me corro puto maricón, me corro, me corroo oh.
Otra nueva corrida en mi culo, Jorge sin embargo no se quedó quieto, se movía en círculos, apretaba y se movía, yo empezaba a notar algo nuevo, estaba tocando algo en mi interior que al principio me hizo sentir que me meaba pero enseguida dejó paso a un placer nuevo.
- Sigue así, no te pares perro, sigue, sigue.
El placer iba aumentando, algo parecido a lo que se siente al inicio del orgasmo pero más intenso, más prolongado y no se limitaba a los genitales sino que se extendía a todo el cuerpo, el pecho, el vientre, las piernas, el rostro, fue subiendo hasta que me llegó un orgasmo largo, continuo, húmedo, explosivo que me arrancó un sonoro gemido de placer y me hizo soltar una increíble cantidad de semen a pesar de que mi polla no estaba erecta, caí hacia adelante, la verga de Jorge salió de mí y quedé en el suelo, despatarrado, con mi culo rezumando leche y mi cuerpo recorrido por espasmos de placer, había tenido mi primer orgasmo prostático.
- Zorra, te dije que te ibas a enterar, puta.
Mientras Pedro hablaba los tres me fueron rodeando, yo estaba exhausto en el suelo, continuaba soltando lefa por el culo.
- ¡levanta la cabeza guarra!
Medio me incorporé y los miré, estaban alrededor mío sonriendo con sus pollas en la mano, comenzaron a mearme, la cara, el pecho, el cuerpo, el culo, sus meados me estaban empapando mientras reían.
– eres una pedazo de guarra, límpianos las pollas.
Me puse de ...
... rodillas, ahora sabía para qué era la lona negra sobre la que estaba, tenían planeado aquello, limpié con mi boca aquellas pollas con sabor a meados, me sentía violado y humillado… y satisfecho y feliz.
Aquella fue la última vez que vi a Pedro, pasaron dos semanas sin llamarme, yo le llamaba y su móvil estaba “apagado o fuera de cobertura”, fui a su casa a pesar de que él no quería que lo hiciera sin avisarlo, la encontré cerrada, llamé pero nadie abrió. Estaba preocupado, algo ocurría y sabía quien podía decírmelo, fui a la cervecería de Ramón y de Jorge, Pedro solía ir por allí incluso con sus hijos.
Cuando llegué los camareros estaban montando la terraza, en cuanto Ramón me vio me hizo señas y nos sentamos en un rincón apartado.
- Te estaba esperando, no tenía medio de localizarte.
- Ramón, ¿Qué pasa con Pedro?
- Joder, no sé cómo decirlo…
- Sin rodeos.
- Pedro está en la UCI, el jueves lo encontró la señora de la limpieza – Pedro tenía una señora que le hacía la casa martes y jueves – ha sufrido un ictus.
- ¿Cómo está? – el cuerpo se me había venido abajo, me entraron náuseas.
- Mal, muy mal, el ataque ha sido devastador, no se sabe cuanto tiempo estuvo en el suelo hasta que la señora lo encontró y en los infartos cerebrales el tiempo de respuesta es primordial.
Falleció un mes después, acudí al sepelio con Ramón que me presentó a los hijos como un amigo de la cervecería, estaba hundido, no entendía como un hombre tan grande, tan poderoso se ...