1. Tinny, la acompañante de los 10.000 dólares


    Fecha: 18/05/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... quedamos en ropa interior. Nos acostamos, sirvió whisky y me dio un vaso. Se recostó en la cama, con la espalda apoyada en el espaldar de la cama, yo apoye parte de mi espalda en su hombro. Él me abrazó y nos quedamos en silencio nuevamente.
    
    —Que lindo es esto. Dije luego de varios minutos.
    
    —Hermoso. Dijo Freddy.
    
    —¿En que pensas? Le pregunté
    
    —En que estoy bien, que no tengo que representar ningún papel, que soy yo, haciendo lo que quiero hacer.
    
    —¿Y eso es?
    
    —Abrazar a la mujer que me gusta. Dijo y me hizo estremecer. Le di un beso en la mejilla y él se sonrió.
    
    Terminamos el whisky, apagó la luz y nos dormimos. Él boca arriba, yo con la cabeza en su hombro, abrazando su pecho.
    
    Me despertó con una bandeja con un desayuno completo.
    
    —Buen día Tina. Me dijo sonriendo.
    
    —Hola Freddy. Que genial que sos. Cuanto hace que no desayuno en la cama. Y no recuerdo que un hombre me haya preparado el desayuno, y te aseguro que ninguno me lo trajo a la cama.
    
    —Disfrútalo entonces. Dijo.
    
    —Que tipo especial que sos. Un distinto.
    
    —¿Te molesta?
    
    —Me encanta. ¿Qué queres hacer?
    
    —No se tus tiempos. Dijo.
    
    —Totalmente libre.
    
    —Entonces, decime vos de que tenes ganas.
    
    —No sé… Estoy acostumbrada a que piensen por mí, que me digan que vamos a hacer…
    
    —Pone funcionar el cerebro entonces. Vos vas a decidir que hacemos.
    
    —¿Hay alguien en el departamento?
    
    —No, estamos solos.
    
    —Acá cerca hay un shopping y un market. Vamos que me quiero comprar algo, ...
    ... y comprar algo en el market. Quiero cocinar para vos. ¿Me dejas?
    
    —Por supuesto.
    
    El lugar quedaba a dos cuadras, fuimos caminando. Para mi sorpresa, el de jogging. Y mayor sorpresa fue que cuando salimos a la calle me tomo de la mano. Caminábamos y yo veía que muchos nos miraban. Freddy tiene 50 años, el doble de mi edad, puede ser mi padre tranquilamente. Vernos de la mano, supongo que les parecía extraño.
    
    En el shopping compre ropa interior, un jogging, y un par de remeras. Que pague yo. En el mercado, compre pastas frescas y otros ingredientes. Compartimos el gasto.
    
    Volvimos al departamento y me di una ducha. Me puse solo una tanga y una remera que no me llegaba a cubrir la cola. Fuimos a la cocina y me puse a preparar la salsa de la pasta.
    
    Nunca espere que me tome de la cintura desde atrás, y me bese el cuello. Casi de derrito.
    
    —Me parece que me va a salir muy caro contratarte de cocinera. Dijo.
    
    —Es algo que podemos charlarlo. Dije sin mirarlo.
    
    —¿Podes tomarte una semana sin trabajar? No sé como es el acuerdo que tenes.
    
    —No tengo obligación de salir si no quiero. Yo elijo con quien de la misma forma que me elijen a mí.
    
    —Está bueno. ¿Y podes dejar de trabajar en cualquier momento?
    
    —Sí. Cuando yo lo decida.
    
    —¿Esta semana tenes trabajo?
    
    —Sí, toda la semana.
    
    Todo el dialogo fue con sus manos en mi cintura. Luego él se sentó con la notebook y yo seguí cocinando. Quiso que comamos en la mesa del comedor diario. Él puso la mesa, eligió el ...
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