1. En el restaurante japonés


    Fecha: 19/05/2025, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... directa:
    
    - Bueno pues vamos a ponerle solución a eso si te está apeteciendo ahora, no? - me acercaba poco a poco a ella.
    
    + Me ayudas tú hijo? Si podría ser tu madre no? jajaja
    
    - Ala, que dices, tengo 25 años. Cuántos tienes tú?
    
    + 49
    
    - Hostia, 49? Pensaba que tendrías menos, te conservas muy bien...
    
    Me arrodillé al lado de ella y me lancé a comerle la boca. No sabía mucho de aquella mujer, la verdad que solo su edad, no sabía ni como se llamaba. Tampoco me hacía falta. Empecé a jugar con su lengua mientras mi mano fue directamente a meterse por debajo de su camiseta. Tenía unas tetas enormes, como ya imaginaba, y además estaban ardiendo. La mujer rápidamente se quitó la camiseta mientras no dejábamos de besarnos, y me dijo lo siguiente:
    
    + Si... Es que hago mucho deporte. Ufff, estoy muy cachonda pero nerviosa, estoy casada nene
    
    - Bueno, no soy celoso, además nadie se va a enterar... no? - le contesté mientras mis manos ya directamente agarraban sus tetas.
    
    + Una a veces quiere pasarselo bien, nunca me he comido a un jovencito como tu, un yogurín como dices algunas...
    
    - Pues me vas a poder comer todo lo que quieras
    
    + Ummmm... si? Ahora veremos...
    
    Tanto tocar las tetas de esa señora había provocado que mi polla estuviera cerca de romper el pantalón. Mientras miré hacia abajo para quitarme el cinturón me fijé en que todo este tiempo la mujer había estado desnuda de cintura para abajo (lo cual es lógico), y con el tanguita entre sus tobillos. ...
    ... Tras quitarme mi cinturón y el pantalón, ella hizo un amago de levantarse pero la sujeté a la taza del váter y rápidamente entendió lo que iba a ocurrir. Me coloqué en el centro de sus rodillas y abrí sus piernas bien. Apareció ante mi un precioso coñito sin pelo, de una mujer que claramente cuida sus partes intimas, y estaba un poco brillante, quizás porque había meado recientemente. Soy bastante guarro y me da igual, así que tras pasarle mi mano un par de veces y limpiar algunas gotas de orina, acerqué la cabeza y empecé a comerme aquel manjar.
    
    Mi lengua jugaba con su clítoris que estaba ardiendo. Mi compañera de baño echó la cabeza hacia atrás, para disfrutar de la comida de coño que le estaba proporcionando, y su mano agarró mi cabeza por detrás. Acerqué una mano y empecé a meterle un dedito, mientras mi boca succionaba su clítoris, como si quisiera sacarle todo el jugo a aquello. La respiración de la cocinera cada vez era más fuerte, fruto de los movimientos que mi mano hacía, además de que mi lengua ahora se movía en círculos, acelerando su ritmo.
    
    Tuve que coger mi otra mano y empezar a pajearme porque creía que me iba a explotar la polla. Mi amiga rápidamente lo entendió y me apartó.
    
    + Sientate tu que voy a comerme esa polla. Por lo que estoy viendo no está nada mal... que rica. Ven.. - me dijo mientras me ayudaba a levantarme.
    
    Después de sentarme, agarró mi polla con su mano y se la metió hasta el fondo de la garganta. Tuve que sujetarme al váter porque ...
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