1. Dos sumisos y un perro


    Fecha: 21/05/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... Estabas empapada. Yo podía ver perfectamente cómo te chorreaban las piernas hasta la rodilla y supe que habías disfrutado muchísimo follándote a Luis. Entonces, mientras José cumplía con su obligación, le dijiste a Luis.
    
    “Luis, guapo. Quítale el dildo a José y fóllatelo mientras me limpia. Puedes correrte cuando quieras, pero me gustaría que estuvieras un buen rato sodomizándole. Lo harás por mí, ¿verdad?”.
    
    Nada más escuchar esto, José levantó la cabeza desconcertado, y rápidamente le dijiste:
    
    “¿No te perece bien, puta? ¿Preferirías follar conmigo? Lo que pasa es que se te olvida que aquí soy yo quien da las órdenes, y te voy a hacer sentir lo que siente mi sumiso cuando juego contigo. Siempre has dicho que te gustaría ser mi sumiso, ¿verdad? Que querías estar en la situación de Pedro. Pues ahora lo vas a estar, descuida”.
    
    Y sin decir nada miraste a Luis, que entendió perfectamente lo que tenía que hacer. Retiró cuidadosamente el dildo del culo de José y se acercó por detrás. Con calma apoyó su enorme polla en la entrada de José que, cuando sintió los primeros centímetros de la gruesa polla de Luis entrar, se quedó quieto y tenso.
    
    Te reíste y dijiste:
    
    “José. Que los árboles no te impidan ver el bosque. Tienes una orden que cumplir y sentir la polla de Luis te está haciendo incumplirla. Vuelve a limpiarme o te irás ahora mismo a tu casa”.
    
    Sin perder un segundo continuó con su labor mientras Luis seguía haciendo entrar su polla en su culo. Entonces sentiste ...
    ... que había llegado al fondo y mirándole, sonreíste. Como respuesta, Luis comenzó a mover sus caderas despacio… entrando y saliendo del culo de José. Me miraste y apuntaste a tus caderas, dejándome claro que querías que estuviera a tu lado. Me acerqué y restregué mi cabeza contra ti en señal de cariño y amor por ti. Con una mano acariciaste mi cabeza y dijiste:
    
    “Buena perra. No sabes cómo te echo de menos ahí abajo”.
    
    Sonreí por dentro y entonces le dijiste a José:
    
    “José, tienes permiso para dejar de limpiar y comerme el coño. Tengo ganas de correrme en tu cara”.
    
    José, que seguía con el pañuelo en sus ojos y la máscara de látex encima, comenzó a comerte el coño. En ese momento echaste tu cabeza para atrás y suspiraste:
    
    “Ohhhh… sí… vamos puta. Hazme disfrutar como tú sabes. Demuéstrale a mi perro que eres un buen comedor de coños. Y tú, Luis. Quiero que aguantes hasta que me corra. Y cuando me esté corriendo quiero que te corras dentro de José. Vamos chicos… vamos a disfrutar”.
    
    Y Luis intensificó sus embestidas. Y José aceleró su ritmo y su lengua jugaba en círculo en tu clítoris a la vez que sus dedos entraban y salían de tu coño, como yo mismo le había enseñado a hacer las primeras veces que fue nuestro juguete. Se notaba que tenía prisa por provocarte el orgasmo y hacer que Luis terminara de follárselo. Pero yo sabía perfectamente que eras capaz de correrte en 5 segundos o en 25 minutos si era lo que querías, así que supuse que, por mucho empeño que tuviera, ...
«12...8910...19»