Mi primo me desvirgó
Fecha: 22/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: paqui, Fuente: RelatosEróticos
... retirarse, le caía por las piernas. Ella entonces comenzó a besarlo y a decirle que era una mujer muy ardiente y que necesitaba una polla joven como la suya, que notaba que se le iba la vida al lado de su aburrido marido, que sólo le hacía el amor de higos a brevas (o sea, casi nada) y que cuando lo hacían, él se corría y ella se quedaba con las ganas. Por todo ello supuse que no era la primera vez que lo hacía con la vecina y la verdad, me intrigó aquello, porque la vi disfrutar mucho.
Esa noche, fui a su habitación y le dije que por que me había hecho ver aquello y me contestó : “Paqui, así es el sexo completo, ya has visto lo que ha disfrutado la vecina y no me negarás que tú también te has excitado mucho”, mientras decía eso, empezó a tocarme y pudo comprobar lo mojada que estaba, pero allí no podíamos hacer mucho, por lo que se la acaricié y cuando la tuvo dura, empecé a comérsela como a él le gustaba y me decía que lo hacía mejor que la vecina, que yo había aprendido más rápido y que le gustaba más mi pecho, que la metiera entre el como otra veces que se iba a venir en él, cosa que hizo y yo me quedé a dos velas como se suele decir y cuando se lo dije me dijo que no podía ser todos los días, me enfadé y me fui a mi habitación y llegué a la conclusión que era una estrategia suya para al final conseguirme.
Estábamos en todo ese tipo de situaciones cuando un día por la mañana me llama y me dice que le acompañe a un sitio, que no era otro que el pajar desde donde se ...
... veía la pequeña plaza que formaban los cortijos. Una vez allí, me dijo que no hiciera ruido que iba a ver una cosa que seguro me gustaría y al poco rato, vemos llegar a un vecino con su yegua cogida de las riendas y por la otra parte de la plaza, asomaba el semental o macho de cría que tenían para preñar a las yeguas. A pesar de ser una cosa habitual, yo nunca lo había visto, ya que mi madre siempre me prohibía verlo, cuando se enteraba que iba a ver “monta”, me mandaba a otro sitio para que no lo viese, pero aquella vez mi primo se adelantó y me avisó antes de que mi madre pudiera impedirlo. Pues bien, al estar la yegua en celo, y notarlo el caballo, empezaron a relinchar de una manera brutal, poniéndose muy nervioso el semental y empezar a salirle un falo enorme de su entrepierna (eso si lo había visto alguna que otra vez) que parecía tenía vida propia. Los fueron aproximando, y cuando el semental se situó detrás de la yegua, posó sus patas delanteras sobre el trasero de ella, para ir aproximándose cada vez más, mientras mi primo, hizo lo mismo conmigo, se fue acercando por detrás de mí, y noté que no tenía pantalón y que me estaba subiendo el vestido, pues bien, a la misma vez que el caballo alcanzó su objetivo, mi primo logró el suyo, que con lo mojada que estaba, no le costó ningún trabajo, desvirgándome con una fuerza inusual, como hacía el semental de la plaza, montándome como si fuera su yegua, tal y como había predicho al comienzo del verano. Aquello fue una mezcla de ...