El permiso de conducir (1): El primer examen
Fecha: 27/05/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... dedos la carne y “Joder que pedazo de polla tiene el delgaducho!” fue la expresión que llenó mi cabeza. La saqué fuera del pantalón y pude comprobar visualmente lo que había tocado, realmente era una polla enorme para ese cuerpo, algo que produjo cierta excitación en mi mente. No os engañéis, el sexo me gusta, aunque es mejor cuando una puede elegir.
—Ufff, a mi estás cosas me relajan! Le dije subiendo y bajando lentamente la piel que envolvía el duro tronco venoso.
—A usted que le relaja?
Él tampoco se cortó.
—A mi… tocar… también me relaja!
—Pues toque lo que le apetezca! Será bueno que nos relajemos los dos!
Le dije intentando que ese momento no se alargara. Apenas acabar la frase vi cómo una de sus manos se acercaba hasta mis tetas y comenzaba a sobármelas por encima de la camisa. Parecía que el plan estaba saliendo bien, le haría una paja mientras le dejaba sobarme y ya tendría el permiso de conducir en el bolsillo. Comencé a pajearle el pedazo de polla que manaba de su regazo mientras él desabrochaba mi camisa dejándome las tetas al aire. Pude ver chispear sus ojos saltones al verlas y sus largas manos comenzaron a apretármelas a la vez que sus dedos toqueteaban los pezones que, sin yo pretenderlo, se pusieron como piedras de inmediato. Se me había echado casi encima y oí su voz profunda muy cerca de mi oído.
—Lleva unas bonitas bragas! Parecen de una tela muy suave!
La insinuación estaba clara, el muy mamón quería meterme mano en el coño, y ...
... llegados a ese punto ya no había marcha atrás. Con su misma educación le contesté.
—Puede comprobarlo, si quiere!
Por el rabillo del ojo pude ver su cara de salido al oír mi respuesta, y a los pocos segundos sus dedos pasaban sobre el triángulo del tanga presionando contra mis labios genitales que se marcaban ostensiblemente. Casi no me dejaba pajearle pues ya andaba afanado con sus dos manos sobre mi cuerpo.
—Una tela muy suave, y seguro que lo que tapa aún más!
El tema se me iba complicado, estaba claro que no le valía con tocar tela, quería tocar la carne, pero el problema era que no sabía hasta donde quería llegar. A pesar de su cara poco agraciada, su polla no estaba nada mal, y sus caricias comenzaron a ponerme calentita.
—Puede tocar el interior, para comprobarlo!
Le dije abriendo más las piernas. Yo ya solo miraba su polla que me parecía impresionante. Sus dedos retiraron la escasa tela y sentí como introducía la punta de uno de ellos. Mi cuerpo reaccionó sintiendo como me subía una oleada de calor y volví a pajearle como pude.
—Tranquila señorita, ya le he dicho que no hay ninguna prisa!
Repitió para cortar el ritmo de mi mano, el muy cabron quería que eso se alargara. Metió más profundamente su dedo índice en mi coño a la vez que frotaba el clítoris con el pulgar y a los pocos segundos me había puesto más caliente que una estufa de leña. Dejé que manoseara el interior de mi vagina pues ese tipo sabía cómo masturbar a una mujer. Parecía que le ...