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Aventuras de una ninfómana (parte 3)
Fecha: 29/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Maka69, Fuente: CuentoRelatos
Hola chicos y chicas, maduros y maduritas, ya me tenéis de vuelta por aquí para relataros otra de las pequeñas aventuras que he experimentado en mi pasado cercano. Los hechos que voy a pasar a narrar ocurrieron en los días siguientes a convertirme en la esclava sexual de Juanjo. Era la media mañana de un jueves como otro cualquiera. Estaba concentrada en mi trabajo repasando los retoques al último proyecto que teníamos en marcha. Pasaban pocos minutos de la 1 de la tarde cuando comenzó a sonar el teléfono de mi despacho. Me recliné en mi cómodo sillón de oficina y descolgué el auricular. - ¿Diga? - Hola zorrita.... ¿echas de menos a tu amo?.- Me estremecí al escuchar la sensual y varonil voz de mi dueño provocándome al otro lado de la línea. - Juanjo, estoy trabajando y aunque siempre es un placer jugar contigo ahora mismo me pillas liada.- Le contesto con un toque de coquetería en mi voz para no hacerle enojar. Ahora le ha dado por hacerme llamadas pervertidas en horas de trabajo y eso consigue desconcentrarme, cosa que no me puedo permitir con un proyecto tan impórtate entre mis manos. - Vamos perrita, si sé que te mueres por comer polla ahora mismo.- No puedo evitar resoplar divertida al ver como ignora mi protesta, comienza con su juego y yo estoy más que dispuesta a seguírselo, para qué engañarnos. - Solo puedo comer la de mi amo y ahora mismo no estás a mi lado.- Jadeo juguetona al auricular sabiendo que al otro lado Juanjo seguramente la tiene ...
... ya, como mínimo, morcillona. El silencio llena la línea y por un momento pienso incluso que se ha cortado. - Sube a mi despacho.- La orden es clara y por el tono autoritario sé que no me puedo negar. Madre mía, creo que esta vez el juego se me ha ido de las manos. Ni si quiera contesto ya que es obvio que no espera dicha respuesta asique cuelgo el teléfono, me levanto del sillón y después de acomodar mi vestido rojo entallado hasta por debajo de la rodilla y de escote en forma corazón, cojo un folder con los avances impresos del proyecto para disimular y salgo rauda al despacho de dirección en el que me espera, vete tú a saber que, Juanjo puede llegar a ser impredecible y temerario. Cuando se abre el ascensor en la planta 13 y salgo no puedo evitar recordar cómo fue la última vez que estuve allí. Como Juanjo hizo de mi lo que quiso junto al pervertido del conserje. Me empiezo a excitar solo con el recuerdo y las expectativas que no puedo evitar crearme. Cada día que pasa me siento más descontrolada y todo es culpa de mi obsesión con el sexo y las constantes provocaciones de Juanjo. Solo hay que pararse a pensar un momento. Marco, mi marido, está solo un par de plantas más abajo trabajando en su oficina y aquí estoy yo, zorreando con su mejor amigo y expectante a lo que quiera que me tenga preparado esta vez. Saludo de pasada a Marisa y Celes que están concentradas en sus respectivas mesas antes de llamar y entrar en el despacho de Juanjo. - Cierra con ...