La confesión es puro jarabe de pico
Fecha: 01/06/2025,
Categorías:
Masturbación
Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos
... sin ropa –le contesto con sequedad.
–Ya lo sé, por eso son desnudos. Me refiero a que muestras los pezones o no –ejemplifica.
–Sí, se ven cuando estoy de frente, o cuando me agacho a tomar su miembro para… –me detengo buscando una expresión adecuada para “mamarle la verga” y él completa: “para chuparle el miembro” y contesto afirmativamente– Sí, para eso, porque su esposa no quiere hacérselo a él.
–¿Y a ti sí te gusta hacerlo? ¿Se lo haces a tu marido?
–Sí, mi marido me enseñó desde que éramos novios y con el tiempo me gustó mucho, hasta sacarle el semen y tomarlo.
–¿Y a tu amante también le gusta chuparte el sexo? –pregunta con voz temblorosa y comienzo a oír leves chasquidos de su prepucio y el roce de su mano en la ropa.
–Sí, padre, mucho. Aún más cuando mi marido me ha tomado antes y eyacula abundantemente en mí –escucho sus movimientos más acentuados y le imprimo “más colorido” a mi descripción– Me fascina sentir su lengua recorriendo mi interior y agradeciendo que nos amemos tanto.
–¡Eso no es amor, es sólo sexo! ¡Sólo debe ser amor cuando lo haces con tu esposo! –dice enérgicamente.
–A eso me refería, padre, él agradece que mi marido y yo nos amemos tanto porque llego muy mojada para que me chupe como le gusta –le retobo precisando.
–¿Y qué sientes tú cuando tu amante está chupándote? –pregunta con ansiedad.
–¡Lindo, padre, sea en el pecho, en la vagina o cuando me lame la entrepierna y todos los sitios donde mi marido me puso su ...
... lechita… –Vuelvo a escuchar que se jala rápidamente y me pongo más descriptiva –Mi amante me deja limpia y yo tengo muchos orgasmos con su boca… ¡Ahhh, es delicioso! –digo con tono cachondo porque lo recuerdo, y escucho que los jadeos bajan de tono y el ruido de los chasquidos se detiene para dejar paso a una respiración agitada que se calma pronto en un silencio mutuo que se prolonga por varios segundos.
–Basta ya, Mar, estoy muy consternado por tu reiterado proceder al buscar a tu amante y no te conformes con lo que te da tu esposo.
–Es que no puedo, padre, mi necesidad de esas caricias se hizo mayor con el encierro –trato de explicar, pero el padre ya escuchó lo que, por el momento, quería saber.
–Reza un “Yo pecador” y tres “Ave María”. Además, debes quitar las fotos que pusiste en Internet y dame la dirección de esa página, para verificar que hayas cumplido esta parte de la penitencia.
–No me la sé de memoria, padre, pero si me manda un correo, le respondo con la dirección –digo con la total verdad.
–¡Qué te voy a mandar un correo ni qué nada! Al rato me traes la dirección por escrito. Vete y arrepiéntete de tus malas obras.
–Sí padre, al rato le traigo la dirección de la página y vengo a rezar lo que me mandó.
Me levanté y fui a besarle la mano. Apenas tuvo tiempo de meterse en la manga el pañuelo con el que se había limpiado y olí el inconfundible tufo a semen, ¡rico!
Al rato volví con una hoja donde había impreso la dirección la imagen de la página y ...