Prostituyendo a mi sumiso y cobrando por ello
Fecha: 01/06/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos
... te gusta ese momento, y no pude sino sonreír y notar que estaba muy mojada. Mordiéndome los labios comprobé como la polla de Adrián comenzaba a adquirir la forma precisa, y entonces, con la destreza de una auténtica puta, le pusiste el condón con la boca.
No pude evitarlo y comenté:
“Muy bien, zorra. Hazle una mamada como tú sabes. Haz que tu Ama esté orgullosa de ti”
Sentí cómo me mirabas de reojo, e inmediatamente empezaste a comerle la polla. Al principio despacio, pero poco a poco fuiste aumentando el ritmo y la profundidad de tu mamada. Adrián cogió tu cabeza con ambas manos y se aseguraba que su polla te llegara hasta el fondo de tu garganta, provocándote no pocas arcadas.
En un momento dado giraste el cuello hacia mí, justo en el momento en el que Adrián, sujetándote la cabeza muy dentro, movía sus caderas, para follarte la boca con su gran polla. Era muy ancha y te provocó una arcada bastante fuerte. En ese momento, con tus ojos llorosos, me miraste… y con esos ojos de puta orgullosa que tanto me gustan, te giraste, colocaste tu frente en el suelo, y te ofreciste para que te follara, con ambas manos abriendo tu culito tragón.
Adrián debió mostrarse satisfecho con tu actitud, porque dijo:
“Menudo putón de sumiso que tienes, DominAma. Le pienso abrir el culo sin piedad”
A lo que yo, sonriendo, y completamente excitada, contesté:
“Ese culo es mío, pero has pagado para disfrutarlo, así que… todo tuyo”
Y sin más dilación, y sin ninguna ...
... delicadeza, pude ver cómo Adrián clavaba su polla centímetro a centímetro hasta perderse completamente dentro de ti. Se quedó un buen rato con sus huevos pegados a tu culo, y sin avisar empezó a bombear violentamente. La sacaba entera y la volvía a meter. Cada vez más rápido. Cada vez más fuerte… y entonces me di cuenta que mi puta estaba en ese momento de entrega y sumisión del que tanto disfruto.
Tus gemidos ya no eran de dolor, sino que gemías como lo que eras. Una auténtica puta. Mi puta. Adrián seguía empujando fuerte contra ti. Sentía que con cada embestida, se movía todo tu cuerpo… y no puede hacer otra cosa que quitarme los leggings, sentarme en una silla a escasos centímetros de tu cara, y masturbarme mientras Adrián te follaba ese culo que es y será mío para siempre.
Creo que cuando me vio masturbarme, su ritmo se incrementó todavía más… hasta que se corrió dentro de ti, con unos gritos bastante poco oportunos para encontrarnos en un piso. Cuando terminó, se quedó con su tripa apoyada en tu espalda… repitiendo una y otra vez:
“Joder, menuda zorra que es tu sumiso. Menudo culo tragón. Qué perra!”.
Yo sonreí y cuando Adrián se separó de ti y me miraste a los ojos, me corrí a escasos centímetros de tu cara, diciéndote:
“Ohhh…. siii. Qué puta eres, mi amor. Me ha encantado ver cómo te entregas para mí. Ahora acércate y aprovechemos los 5 minutos libres que te quedan hasta el siguiente invitado y limpia mi orgasmo hasta que no quede ni una gota”.
“Olibert, vete a ...