¿Fue sólo un sueño?
Fecha: 03/06/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: erotic_teller, Fuente: CuentoRelatos
... acostumbrada a no tener amigos y a pasar sola en casa los fines de semana, ante la preocupación de su madre, con la que vivía.
Sabía que su madurez estaba por encima de la de la gente de su edad, pero, pese a todo, había momentos en que necesitaba ser escuchada; necesitaba expresar sus sentimientos y preocupaciones porque, aunque quería hacerse la fuerte, en el fondo, en muchas ocasiones, sufría y lloraba.
Pero ese curso que empezaba tenía algo bueno. Uno de sus profesores volvía a ser Jaime. Ya el año anterior, Jaime se había mostrado muy amable con ella. En alguna ocasión se había acercado para preguntarle qué tal se encontraba, y Nerea se dio cuenta de que su interés era sincero y que, a diferencia de otros profesores, Jaime parecía entenderla sin juzgarla.
Él era un hombre maduro, de unos 45 años o más. No era el más popular de entre los profesores, quizá porque era exigente en su asignatura. Tampoco destacaba por su físico; a lo mejor entre mujeres de su edad podría tener cierto éxito, pero sus alumnas lo veían poco atractivo por la pérdida de cabello, su incipiente barriga y por las arrugas que iban surcando su rostro.
Pero también en esto Nerea era diferente. No es que sintiera una especial atracción física hacia él, pero le encantaban sus ojos verdes, que la miraban siempre con un brillo especial; su boca que, pese a las veces que se enfadaba en clase, solía lucir una sonrisa y, sobre todo, su voz, una voz suave que transmitía mucha tranquilidad. ...
... Escuchándole, Nerea se quedaba ensimismada perdiendo, incluso, el relato de lo que Jaime estaba contando.
Como el año anterior, Jaime le preguntó cómo se encontraba; como el año anterior, Nerea se dirigía a él para preguntarle por dudas de la asignatura. Poco a poco, esos tiempos para las dudas se iban alargando porque, de una manera natural, empezaban a hablar de otras cosas. Así fue cómo Nerea se fue abriendo a contar sentimientos que nadie más conocía. Y Jaime supo de la necesidad que Nerea tenía de ser aceptada como era, y se dio cuenta de que necesitaba sentirse querida. Y, también de una manera bastante natural, Jaime se reconoció que empezaba a sentirse atraído por ella.
Uno de esos días de conversaciones en el recreo, Nerea estaba especialmente triste. Había tenido un problema con sus compañeros a la hora de hacer un trabajo y, nuevamente, se había sentido rechazada por ellos. Jaime intentó consolarla volviendo a repetirle las cosas que solía decirle sobre su valía y personalidad, pero, esta vez, Nerea parecía estar más ausente. Fue en ese instante cuando Jaime le dijo algo que jamás antes se había atrevido a decirle.
- Vamos, Nerea. No debes estar así, tan alicaída. Tú vales más que muchos de esos capullos que se meten contigo. No puedes rendirte. Y, además, prefiero verte sonreír porque estás mucho más guapa -. Nerea estaba sentada mirando hacia el suelo. Jaime, suavemente, puso sus dedos debajo de su barbilla y le levantó un poco la cabeza. Se quedaron mirando ...