1. ¿Fue sólo un sueño?


    Fecha: 03/06/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: erotic_teller, Fuente: CuentoRelatos

    ... fijamente -. En realidad, siempre estás guapa.
    
    - No soy guapa – dijo Nerea en un susurro, sin apartar sus ojos de los de Jaime. – No me gusto, y no creo que guste a nadie.
    
    - Pues estás equivocada. Créeme, eres una chica con un atractivo especial, y tienes una cara preciosa. Sólo te falta encontrar a quien te sepa apreciar de verdad, y no sólo por tu físico. Y ese día llegará, te lo aseguro, y entonces verás las cosas de otra manera.
    
    Nerea sonrió casi sin querer y sus labios formaron un “gracias” que Jaime apenas oyó pero que sintió.
    
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    Estuvo pensando toda la tarde en las palabras que le había dicho Jaime, y se sentía feliz. Quizá sólo lo había hecho para animarla, pero, fuera como fuera, se sentía muy bien.
    
    Estaba en su habitación a punto de acostarse, delante de un espejo de pie, donde podía verse de cuerpo entero. “Eres guapa y atractiva”, resonaban esas palabras en su cerebro. Se empezó a desnudar, quitándose la camiseta. Contempló sus pechos, recogidos en un sujetador blanco que le quedaba muy ajustado. Con la destreza que le daba la cantidad de veces que lo había hecho en su vida, se lo desabrochó y lo dejó caer al suelo.
    
    Sí, tenía unas buenas tetas. No eran demasiado grandes, pero estaban duras, muy firmes, como tenía que corresponder a una chica de su edad. Se las tocó y acarició, notando en las palmas de sus manos esa dureza, unida a la suavidad de la piel. Sus pezones, de un color marrón oscuro, no eran muy grandes, y solían estar bastante ...
    ... erectos. Ahora sobresalían de las areolas y Nerea los pellizcó levemente. El contacto de sus dedos con los pezones le proporcionó una sensación que conocía bien.
    
    Apartó sus manos de las tetas y se quitó el pantalón de chándal que vestía. Al comenzar el curso, Nerea estaba más gordita, tenía más carne, y sus caderas y la cintura estaban más rellenas. Luego decidió comer un poco más sano y hacer algo más de ejercicio. Esos meses produjeron un efecto en su cuerpo. Ahora, en aquel espejo, Nerea veía la imagen de una chica más estilizada, con unas piernas fuertes y un vientre plano, en el que destacaba un ombligo hundido. Sus muslos también se veían duros, y sin apenas celulitis.
    
    Metió los dedos en la tira de las bragas blancas que llevaba y las dejó caer hasta el suelo. Al colegio solía llevar bragas porque le resultaban más cómodas y porque le gustaba cómo le quedaban. Cuando se cambiaba en los vestuarios para la clase de educación física, observaba cómo la mayoría de sus compañeras usaban tangas, algunos tan diminutos que apenas tapaban el coño. A otras las veía con la tira metiéndose dentro del culo, y se preguntaba si no les resultaba incómodo. Nerea tenía tangas para ponérselos sobre todo con mallas o ropa más ajustada, pero no eran tangas de hilo, con lo cual podía soportarlos mejor.
    
    Completamente desnuda ya, observó el oscuro triángulo de vello que cubría su pubis. No era un vello muy fuerte, y nunca había tenido demasiado. Le gustaba tocarlo porque era muy suave al ...