Verde que te quiero verde
Fecha: 04/06/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: maria grinder, Fuente: CuentoRelatos
... ajustadas. Sin bragas y con una camiseta finita. Me quité el sujetador. Con la camiseta, se marcan los pezones rápidamente. Quería seducir al Guarda.
Pasado un buen rato, vino Nico con la compra. Cargado con las bolsas. Con una manta al hombro. Parecía un vendedor ambulante, de los que pasean por la playa. Jajaja.
M: Hola Nico, que alegría.
N: Aquí te traigo tus cosas. Las voy a meter a la nevera. Te ha traído una manta, por si tienes frio.
Entré a la cabaña, con él, para ayudarle a colocar, las cuatro cosas que había traído. Me dice:
N: He traído, cervezas fresquitas. Por si te apetecía.
M: Claro que sí, contigo. Coge dos y nos las tomamos fuera.
Nos sentamos fuera, en un banco sin respaldo. Tomando las cervezas, con una bolsa de patatas. Le digo:
M: Siempre solo, por estos los montes. Sin nadie que te haga un poquito de compañía. Qué pena, como el… “Llanero Solitario”. Jajaja
N: Estoy acostumbrado, a “Patearme” esto, conozco unos parajes increíbles. La verdad, que me siento libre.
Me encanta la Naturaleza y estoy muy contento con mi trabajo. Y hoy contigo aquí y las cervezas. Estoy a gustísimo.
M: A qué hora, terminas el trabajo?
N: Ya he terminado, esta era mi última faena. Ahora, te voy vigilar a ti, para que hagas bien, tu trabajo.
M: Que Majo. Tú, eres el único trabajo, que me queda. Vigílame pero bien. Guarda Forestal. No te vaya, a quemar el bosque. Jajaja
Ya se iba escondiendo el Sol. Se veía un atardecer, precioso y yo ...
... estaba “gozosa” con el guarda, vigilándome. Tan guapo y con su uniforme que le quedaba como un guante, le marcaba ese culito, respingón. Que no dejaba de mirárselo.
Se puso, a recoger un poco de leña. Me dice:
N: Saca unas “birras”, mientras preparo la hoguera. Nos las tomamos viendo el atardecer. Ya verás que bonito, cuando se esconda el sol por esa montaña.
Nos sentamos, con las “birras”. Me miraba mucho, las tetas, se marcaban los pezones y se le iba la mirada. Le sonreía y sacaba pecho, para que se marcaran bien. Quería cortejar al muchacho.
Que atardecer más estupendo, el ocaso, al fondo, el guapetón a mi lado y la cerveza en la nano. Que más se puede pedir. La noche ya veremos, intentaremos, mejorarlo. Yo, se lo voy aponer fácil.
N: Voy a encender la hoguera. Que haga brasas, luego, vamos a cenar aquí, bajo las estrellas. He comprado, comida para los dos. Me parecía mal dejarte aquí sola. Cuando te vayas a dormir, me voy.
M: Que pena, tienes familia?
N: No, vivo solo.
M: Pues me voy a dormir, tardísimo. “Que lo sepas”. Jajaja
Pusimos, el banco más cerca de la hoguera. Me senté cerquita de él, bien arrimada. Me gustaba sentir el calor de su cuerpo. Esperando, que a él también sintiese algo.
N: Yo quería, ayudarte con tu trabajo, y aquí, de “birras”.
M: Gracias, ya he recogido las muestras y las mediciones. Lo he hecho todo en un ratito. Pero lo mejor, tu compañía. Que no me esperaba contigo estoy encantada.
Me pasó el brazo por los hombros, ...