1. Enculando a la sobrina de mi mejor amigo


    Fecha: 05/06/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... la subí a esa isla de la cocina de un granito de tonos rosados, hice que se acostara sobre sus espaldas y hasta alcancé una de esas sillas giratorias y altas que se ven en las cantinas y me quedaba perfecto para comerme esa conchita. Era pequeñita y con unos cuantos vellos recortados y note ese brillo húmedo y dobló sus piernas para acomodarse hacia la orilla y me quedó ese manjar perfectamente al alcance para disfrutarlo. Sus jugos vaginales estaban saladitos y con un sabor exquisito de una conchita fresca. Su clítoris pequeño estaba inflamado y es lo primero que chupé y se lo besé como de esos besos que llaman de piquito. Le sobaba con la punta de mi lengua el clítoris y luego pasé a hundirle mi lengua en su huequito saladito. Estaba tan caliente que ella levantaba la pelvis para encontrar la presión de mi cabeza metiendo lo más que podía mi lengua en su agujero. No decía mucho y solo se limitaba a masajear mi cabeza y de vez en cuando se le escaba un gemido hasta decir de una manera quebrantada: ¡Que rico!
    
    Bajé a su perineo y por lo cómodo que estaba le podía sobar con mis dedos el clítoris. Ella elevaba sus caderas como queriendo encontrar ese ritmo y sentí salir de repente una corriente de jugos que cayeron abundantes entre sus nalgas y fue en ese momento que me dijo que ya no aguantaba y quería que le metiera mis dedos en su vagina. Con mis dedos sentí las contracciones de esas paredes y no sé si alguien puede corroborar, pero las paredes de una vagina joven me ...
    ... parecen hasta cierto punto algo carrasposas… eróticamente toscas, como si tuvieran tracción y es algo que ya no encuentro en mujeres después de los 25 años.
    
    Vi los espasmos en sus piernas y le chupé su concha de una forma bestial hasta volver a caer con los minutos a ese sexo oral erótico. Mi rostro estaba lleno de sus jugos vaginales y con toallas de papel convenientes en la cocina me limpié lo mejor que pude. Sasha había salido hacia el baño y escuche cuando los grifos se abrieron y se tomó una breve ducha. Yo me había lavado la boca en la cocina y miraba esa camiseta blanca y esos pantalones cortos tirados en el piso y no me lo podía creer lo que estaba pasando. Sasha salió del baño envuelta con una toalla y me dijo que nos fuéramos hacia el cuarto donde dormía por esos días. Subimos las gradas ambos desnudos y me dijo que me acostara y que quería montarme. Yo apenas me había sentado a la orilla de la cama y ella se acercó de espaldas y me ofreció su conchita de esa manera. Miraba su culo mientras buscaba la abertura de su vagina y fue ella quien se la metió no sin antes dar unos gemidos creo que de dolor. Ella solo dijo algo así: -Tienes una verga grande… apenas me entrara la mitad.
    
    La verdad que se sentía sumamente apretada y conforme pasaba el tiempo un poco más se la metía y estuvimos así en esa posición por unos cinco minutos. Mi edad y el alcohol como que no combinan ya para estos trotes y apenas mantenía una erección y creo que Sasha no lo notó porque, aunque yo la ...
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