La capital del pecado: Falsa moneda (cap. 13)
Fecha: 06/06/2025,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... arrodillé y empecé a restregar mi cara por su pantalón donde ya se le marcaba la pinga a medio parar.
- Nene, ya sé que no podemos singar…, pero si quieres mamar la pinga de tu marido, hazlo…
Yo obedecí, saqué su pinga y empecé a tragármela, a lamerla, a comérmela como si fuera un ternero que mama la ubre de la madre. Me gustaba el sabor de su pinga y del pre semen que se le salía enseguida. Me gustaba su color negro y lo macho que era.
- Mi vida, a ver, déjame ver ese culito… - me pidió, yo le me volví y me bajé los pantalones.
- Mmm qué culo, lo tienes muy rico, mejor que un chocho… ven, acuéstate aquí en el sofá que al menos quiero comerme ese culito rico, ya que no le puedo meter caña, déjame mamártelo.
Me acosté bocabajo, pero Nacho me hizo ponerme de rodillas en el sofá y comenzó a lamer mi culo, provocando que mis gemidos se escaparan con más intensidad cada vez. Nacho sabía cómo hacer que yo gimiera de goce, su lengua se movía entre mis nalgas, su saliva me aliviaba mi ojete sensible. Al rato me dejó que le mamara la pinga, estuve comiendo su pinga gorda un buen rato aunque hubiera querido que me singara pero no podíamos hacerlo. Cuando se iba a venir me hizo abrir las piernas para echarme el lechazo en el culo. Mugiendo se vino, sentí como su semen golpeaba contra mi culo, caliente, antes de que me lo restregara con su pinga.
- ¡Mi amor, te voy a mantener como una reina!
- ¡Papo, lo que tú quieras!
- Yo no te voy a putear como Gonzalo, ese es ...
... un degenerando, yo esa mierda no te la voy a hacer…, si hacemos un trío, pues es cuando haga falta y yo llevo la batuta ¿de acuerdo, mi amor?
- Sí, papo, sí.
Estaba yo de nuevo emparejado con un negro, como aquel con quien estuve en mis inicios y de quien me enamoré, Nacho era diferente y eso me gustaba más. En ese momento pensando en lo que había caído, me resultaba difícil creer cómo había llegado yo a esa situación de ser puta, porque por muy fuerte que fuera la palabra, no había otra que definiera lo que pasaba. Gonzalo se valió de mi deseo de singar, pero en cierto modo se pasó porque en realidad era usado a diestra y siniestra sin otra opción. Me hubiera gustado borrar esa etapa de mi vida, pero sería engañarme, probé ser puta, servir a machos bugarrones y lo hice como se me pedía y gocé como el mejor. Por suerte me había topado con Nacho que no le importaba ese, digamos, detalle de mi biografía, otro hubiera puesto remilgos.
El ruso llegó como a las dos horas, no venía solo, traía un jovenzuelo amanerado al que presentó rápido y se lo llevó a un cuarto para singárselo. El chico al parecer o lo disfrutaba mucho o no aguantaba mucho la pinga del ruso, al rato el espectáculo se acabó. Después de un rato de silencio, salió el chico y se fue.
- Oye, si ligas, pues coño, búscate un maricón que le guste la pinga.- le dijo Nacho a modo de broma.
- Ya ves, lo ligué en el baño cuando fui a mear, lo mejor es que se me prendió para que le diera pinga y mira…, mira ...