Diana y la tentación
Fecha: 18/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: clitoris power, Fuente: CuentoRelatos
... de la de ella misma. La siguiente vez que se encontraron ella bajaba a comprar vestida con un pantalón corto de punto y una camiseta de mercadillo, maldijo haber bajado de esa guisa en cuanto lo vio, pero ya nada se podía hacer. El llevaba una mochila y por un momento le recordó a la imagen de su hija mayor yendo al instituto y tuvo miedo de que ese chaval con el que estaba teniendo fantasías sexuales fuera menor de edad, entonces decidió coger al toro por los cuernos y preguntarle “y tú entonces eres estudiante, no? Él asintió con la cabeza sonriendo y ella preguntó intentando aparentar indiferencia “... y qué curso estudias?” A él le costó reprimir una sonrisa de satisfacción que ella no supo interpretar hasta que él contestó “estudio tercero… de psicología” y entonces ella entendió la sonrisa de él, se acababa de delatar ella solita y él se había dado cuenta antes que ella. Al preguntar por el curso que estaba haciendo, en vez de por la carrera que había elegido, acababa de mostrar sus cartas, le interesaba más la edad que tenía que sus intereses. Encima estudiaba psicología, la había calado pero bien, sintió que sus emociones eran un libro abierto en el que él podía leer perfectamente, Diana sintió que la sangre se agolpaba en sus mejillas de la vergüenza, cuando él le dedicó otra lasciva sonrisa y le dijo “tengo 21, por si te interesa, creo que no nos llevamos tanto…”se giró y se fue.
“Vale, este chaval o quiere tema conmigo o está jugando porque le gusta sentirse ...
... deseado por una cuarentona...”
“21 añazos pensaba ahora Diana, no es ningún crio, además parece bastante maduro para su edad. Y estudia psicología… y está tan bueno, seguro que va al gimnasio y es tan guapo, joder es guapísimo”
A la semana descubrió que se llamaba Miguel Pacheco, porque tuvo el detalle de poner su nombre en su buzón.
Entonces un día estaba tendiendo una lavadora de ropa blanca en la terraza comunal, hacía sol así que se subió en camiseta de tirantes y pantalones cortos otra vez. Ya había tendido las sábanas le quedaban un par de camisetas y la ropa interior cuando oyó la puerta detrás de ella se giró y vio a Miguel en pantalón corto y sin camiseta. Tenía un cuerpazo de quitar el hipo. Ni un gramo de grasa de sobra, definido, pero sin pasarse y todos los músculos en su sitio “seguro que hace natación” estaba pensando cuando advirtió que se habían quedado los dos mirándose como si el mundo se hubiese congelado, miró repentinamente a su cesto de ropa, cogió algo mientras mascullaba un escueto “hola” y siguió tendiendo.
– Bonitas bragas. – Dijo Miguel. – Diana no lo entendió porque lo que estaba tendiendo era una camiseta blanca no unas bragas, le miro y vio que su mirada no se dirigía a la prenda que tendía si no a su vientre, al levantar los brazos para tender su ombligo había quedado al descubierto y bajo su cadera asomaba un poco del encaje negro de sus bragas. La verdad, es que Diana sabía perfectamente lo sexi que resultaba en ese momento, eso la ...