1. Fany, la cornuda (capítulo 1)


    Fecha: 26/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Homelander, Fuente: CuentoRelatos

    ... abundante y caliente corrida en la lengua, luego el sabor amargo y textura pesada invadirle toda la boca, la verga de Mario se movía violentamente de nuevo en su boca y ella no pudo resistirse de hacer una cara de asco completamente honesta y una escandalosa y ruidosa arcada, parecía demasiada lefa, tan espesa y caliente…
    
    Mario gozaba como loco, había tenido mil orgasmos obviamente, era un adolescente cachondo, pero los había tenido por su mano, la de Fany y el coño de ella también, pero nunca uno en la boca de nadie, era definitivamente diferente, y el placer no viene solo de lo físico, viene también de lo mental, y la imagen de esa chica de rodillas con su verga en la boca y haciendo esas caras de asco, lo estaba llevando a un nivel de placer que nunca había sentido, disfrutaba con sadismo ver a la chica hacer esas caras sabiendo que era por su abundante lefa cayéndole en la lengua, lo disfrutaba tanto que pensó que estaba mal, que no debía disfrutar hacerla sufrir aunque fuera un sufrimiento tan ridículo como ese, pero decidió no hacer caso a su conciencia e incluso empujar un poco más, casi pudo sentir como su último chisguetazo se lo dejó caer directamente en la garganta y lo confirmó por como la chica se movió violentamente de todo el cuerpo.
    
    Eliza pudo sentir como se endurecía violentamente la verga de Mario por última vez, odió el empujón en el último segundo, pero decidió resistir, quería complacerlo, sentía la abrumadora necesidad de darle placer, dio una ...
    ... arcada escandalosa cuando sintió la verga del chico obstruirle la respiración y sintió como un chorro de lefa espesa le caía en la garganta, que tragó por mero reflejo ampliando la garganta, miraba a Mario, histérica y él sonreía involuntariamente, le sacó la verga despacio de la boca y ella le abrazó el firme falo con los labios todo el recorrido hacia afuera.
    
    —Que puta eres — dijo él aún sonriendo, ni siquiera lo pensó, solo lo dijo, disfrutaba ese sadismo ahora — Trágatelos — dijo aún sonriendo y con la verga ensalivada.
    
    Ella echó la cara abajo, tragó con un esfuerzo sobrehumano, su garganta se negaba a aceptar eso, se cerraba, pero ella empujó con fuerza, sentir esa abundante flema espesa bajarle por la garganta casi la hace vomitar, sintió un escalofrío y alzó la mirada, los ojos le lagrimearon, él reía un poco nervioso, ella abrió la boca para mostrarle la boca vacía.
    
    —Eso estuvo increíble — decía él derrumbándose sobre el sillón.
    
    Ella avanzaba de rodillas hacia él, le abría las piernas, él la miraba y reía un poco, ella no había terminado, es lo que siempre olvidamos los hombres después de una buena mamada con final feliz, ellas aún siguen trepadas en esa nube. Eliza le besaba los muslos y Mario sentía cosquillas, es increíble como nuestro cerebro nos hace sentir qué cosas, según qué situación, ella le besaba las pelotas en un gesto que ella pensaba era sexi y lujurioso, pero él saltaba un poco riendo por las cosquillas.
    
    —No seas payasa — decía el joven ...
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