Unos detalles
Fecha: 26/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
... por allí para que sepas qué hermoso se siente… –le repetí lo mismo que en aquella ocasión.
Veía que Eduardo miraba con envidia cómo disfrutaba yo el pene de Othón y seguramente recordaba la ocasión en que me dijo “Quiero ser el primero que te coja por allí”, a lo que entonces le dije “Ya te ganaron, pues cuando te lo pedí no quisiste y al llegar a mi casa se lo pedí a Saúl”. Tampoco mi marido quiso entonces, y Othón fue a quien se lo pedí tiempo después y me cumplió mi capricho de ver qué se sentía por atrás.
Othón me mandó un chorro en el ano y sacó su pene de allí para metérmelo por la vagina antes de que saliera un chorro más de semen.
–¡Hasta la próxima, mi amor…! –me dijo dándome un beso antes de levantarse. Le chupé la verga y los huevos antes de decirle “Adiós”.
De inmediato, Eduardo les señaló la salida de la alcoba y salieron todos, cerrando la puerta por fuera. Yo estaba verdaderamente cansada, las tetas amoratadas y las piernas notoriamente pringosas de las venidas se habían desbordado con tanto semen que me escurrió esa noche.
–Duerme, mi Nena puta, yo te limpio. ¡Feliz aniversario! –me ...
... dijo Saúl antes de lamerme la entrepierna y quisiera o no, le obedecí.
Allí terminó la extensión que me solicitó Ishtar y se la envié.
Cuando terminé de escribir el texto, escuché que Saúl metía el automóvil. Pensé “Ya surtió el pedido de Regina, ¡pinche puto!” pero me apacigüe de inmediato porque precisamente acababa de escribir sobre una de las muchas muestras de amor verdadero que he tenido de mi marido. Cuando entró a la recámara, mientras se lavaba las manos le bajé los pantalones y le chupé el pene. No. No tenía el sabor que deja la acción de haberlo usado. “¿Se habrá bañado con la puta de su amiga?”, me pregunté y olí su entrepierna, olía a sudor, no a jabón.
–¿Qué pasa, mi Nena? –preguntó extrañándose de mi conducta.
–Quería comprobar que te habías ido a coger a Regina. Vi en tu teléfono que ella te hizo una llamada –le respondí, mientras él se quitaba toda la ropa.
–Ja, ja, ja, celosa. No, a ella le toca mañana. Ahorita se me antoja una chichona mariguana que tiene los ojos inyectados –dijo y me tiró a la cama, con la boca abierta se fue sobre mi pecho.
–Puto… –le dije y abrí las piernas.