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Juego erótico de mi masajista
Fecha: 28/06/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... delicia ver a esta rubia, pero lo más rico y que hizo reaccionar a mi amigo fue ver ese redondo y perfecto trasero bien definido por ese ajustado leggins y que ahora podía leer el emblema de la marca en su parte trasera. Me pidió pasar a uno de los cuartos y este estaba semi iluminado y se escuchaba música de relajamiento y me invitó a tomar el baño en un yacusi que se podía sentir el agua con una agradable temperatura. Me pidió que me desvistiera y que tomara el baño y que ella vendría en unos cuantos minutos para empezar el masaje. El yacusi estaba condicionado para este tipo de negocios, pues prácticamente uno se podía acostar y ponerse cómodo y recibir como masaje previo la presión del agua que aparecía con fuerza por diferentes partes del cuerpo. Alisa salió y yo me desvestí y quedé totalmente desnudo en el yacusi a solas. A los minutos volvió a llegar y me pidió que me parara pues ella me iba a secar con unas toallas que llevaba. No dude en hacerlo, pues imaginé que Alisa estaba acostumbrada a ver a hombres desnudos todo el tiempo. Alisa quizá mida el metro sesenta, pues me llegaba al hombro y ella se paró en una de las gradas de la pileta para secarme la cabeza y el cuello. Creo que se incomodó en algo cuando me secaba la verga y esta había reaccionado con el estímulo de ese toque y el morbo que esto implica. La habitación era de buen tamaño, pues además del yacusi había una cama con su tocador, un pequeño sofá con una mesa, a un lado estaba la camilla de masajes ...
... y también una cama que, si no era matrimonial, era de buen tamaño. Me llamó la atención que no escuché llegar a nadie más en esos minutos y todo parecía que solo éramos ambos en toda la casa. Alisa me preguntó si quería que abriera las cortinas o si prefería el ambiente de semi luz del lugar. Opté porque las abriera, pues ella también me decía que los vidrios eran polarizados y que no se podía ver hacia adentro. La vista era agradable, pues era un bonito jardín con algunas fuentes de agua y una pequeña piscina entre unos pastos muy bien cuidados. Me acosté en la camilla especial boca abajo y Alisa comenzó con el masaje, primero con una toalla en forma de secarme y luego con otra más pequeña y seca me cubrió el trasero y se dedicó primero a masajear mis hombros posándose ella en la punta de la camilla dejándome sentir no solo sus manos, pero también su pelvis friccionando mi cabeza. No sé si estas mujeres lo saben, pero uno comienza a imaginar cosas con solo ese roce de su cuerpo. Alisa, desde ese punto llegó a mis glúteos y obviamente podía sentir su abdomen sobre mi cabeza y el roce de sus pechos de vez en cuando y todo junto a su perfume me estaba excitando que la verdad con los minutos mi liquido preseminal vertía y sabía que iba a dejar mojada esa sabana. Por un momento estiré mis brazos hacia adelante y Alisa seguía haciendo más de lo mismo en esa posición y ahora ella estaba entre mis brazos y sentía ese roce con sus bien definidas caderas. No sé si llevaba tanga o ...