1. Los remedos de los celos


    Fecha: 29/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba molesto, pero muy caliente imaginándola en brazos de otro y efectivamente, en su salida había estado cogiendo con otro. Era tanta mi arrachera que apenas llegó la desnudé besándola por todas partes. Ella sonreía, pero me pedía ir al baño. No la dejé, le mamé las chiches al tiempo que le acariciaba la pucha que estaba húmeda. Cuando la besé, su boca me supo débilmente a semen, después supe que le había mamado la verga a él en el auto cuando la trajo a casa. Además, después vi que en su blusa había un par de vellos castaños. La acosté en la alfombra, le abrí las piernas para chuparle la vagina, la cual vi con vellos muy revueltos y algo pegados, pero su olor me enervó y me puse a chupar, succionándole los labios y el clítoris, la entrepierna la sentía pegajosa en mis mejillas. ¡Sabía deliciosa y la mamé mucho tiempo!, le limpié las piernas con mi lengua y me la cogí. Ella, reacia al principio, cambió su actitud por la de una viciosa del sexo, más cuando, después de penetrarla y venirme abundantemente pues chacualeaba en el atole que ella traía, la puse en posición de 69, donde mamó sin descanso hasta que volví a eyacular.
    
    –Eres muy puta –le dije mientras acariciaba todo su cuerpo– llegas de coger y aún tienes ganas de más.
    
    –¿Por qué dices eso? –me preguntó por puro formulismo, más que como reclamo.
    
    –Vienes llena de semen y me dejaste que te chupara.
    
    –Sí, es semen lo que traía en la pepa y en la boca, pero yo no te obligué a chuparme –contestó a manera de ...
    ... disculpa.
    
    Esa fue la primera vez que supe que estaba saboreando a una mujer recientemente cogida, y me gustó, lo gocé enormemente. Posteriormente tratamos de poner las cosas claras, le pregunté qué necesitaba para no andar de puta con otros y se molestó. Las cosas se deterioraron y tuvimos que divorciarnos porque ella no estaba dispuesta a dejar a sus amantes. Ya estando solo, me masturbaba viendo sus fotos y pensando cómo se la estarían cogiendo ésos y otros amantes más. Eran oleadas de semen las que me salían.
    
    Ya divorciados, a veces me hablaba para que fuera a su casa a cogérmela, o yo llegaba después de que había dormido con alguna de sus parejas para deleitarme con el atole que habían hecho. Me platicaba de sus nuevas conquistas y me enseñaba las poses que aprendía.
    
    Después me volví a casar, pero mi esposa sólo me chupaba la verga cuando estaba exageradamente caliente; eventualmente yo volvía a las fotos y a las cartas para masturbarme. También, ella me seguía invitando a probar algún nuevo sabor de atole. Y en esas hemos estado...
    
    Ahora, al mirar las fotos que te tomo, donde apareces sonriendo o con cara de gozo por las caricias de mi verga o de mi boca, me pregunto qué haría tu marido si las descubriera, e irremediablemente me viene la mezcla de calentura y enojo cuando en lugar de tu cara imagino la de ella, diciéndole a su amante palabras similares con las que tú me pides que te coja.
    
    Claro que tus fotos me calientan y me masturbo viéndote en ellas, ...