Marion en África
Fecha: 03/07/2025,
Categorías:
Anal
Autor: Theresa1986, Fuente: CuentoRelatos
... eran mis sensaciones. El dedo se arrastró lentamente más adentro de mí, giró, retrocedió.
Se dirigió a mi clítoris, me estremecí. El dedo comenzó a masajearme suavemente. Se sentía tan bien que no pude contener mi primer gemido. Quería recostarme, pero era imposible. Un dedo masajeaba mi clítoris y otros dos se internaron más profundo y se movieron a lo largo del camino ya trillado. Sentí con qué facilidad se movían en mí. Luego me di cuenta de que hacía tiempo que estaba preparada para esto, que por dentro estaba muy hidratada. No fue sin razón, la o las sustancias contenidas en el cigarro puro y/o en la bebida en taza que nos sirvieron, por supuesto que jugaron un papel muy importante en mi «preparación...» Comencé a mecerme lentamente hacia adelante y hacia atrás, lo que me excitaba aún más. La otra mano de Rolf se acercó a mi pecho. Primero comenzó a tocar mis senos a través del corpiño, solo pasando lentamente su mano sobre la tela, y seguro, sintiendo como los pezones se hinchaban bajo esos toques. Literalmente me retorcí bajo estas dos manos que me acariciaban suavemente.
De repente, la mano que me acariciaba debajo abandonó mi cuerpo. Rolf la acercó a mi cara. Vi que su mano estaba toda mojada, sus dedos estaban brillantes con mis secreciones. El hombre me la acercó a los labios y me dijo:
"Marion, niña, mira lo mojada que estás. Me has ensuciado toda la mano. Vamos, ahora tienes que lamerme todo".
Como un autómata, hipnotizada por los sonidos de su voz, ...
... tomé los dedos de Rolf con mis labios y comencé a lamer lo que había en ellos y tragué mis copiosas secreciones. Entonces su mano se hundió nuevamente en mí, solo que ahora ya no era tan tierna. Se comportaba más activamente, se volvió en diferentes direcciones, agarrando firmemente mis labios genitales. A veces gritaba. Con tres dedos me penetró por completo y los giró. No se parecía en nada a los primeros movimientos de Rolf. Pero no sentí ninguna molestia. A veces era bastante doloroso y gemía, pero en general experimenté bastante placer. Me dolía, giré sobre la mano del hombre, que la contrajo para introducirla totalmente dentro de mí, abriéndome aún más.
“¿Te sientes bien Marion?”
Hice un movimiento de aseveración con mi cabeza.
“¿Te han hecho esto antes?”
Negué. Pero la inexpresable sensación de placer no solo no me abandonó, sino que incluso se intensificó. Rolf no me dijo más nada. Solo actuó con sus manos muy fuertes y duras. Me sentí como una mariposa clavada en un álbum. No podía moverme, el hombre me empuñaba, provocando una ola de pasión con cada movimiento. Estar en esta posición es el sueño secreto de toda mujer. Te cuento que soy Marion, una mujer que siempre mantuvo un dominio con los hombres, que nunca ha dejado que un amante ocasional pasara con ella más de una noche. Siempre he sido una mujer orgullosa e independiente, hermosa y dueña de mí misma.
Pero en ese momento me di cuenta de que era precisamente esa situación con la que había soñado ...