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Alma, Belén, el bomboncito y la yogurina
Fecha: 06/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Alma era abogada y esposa de abogado. Morena, de 50 años, de pelo corto, tipo fino, con buenas tetas y un hermoso culo. Tomaba una limonada con ron en una terraza con su amiga Belén, una mujer de su misma edad, con un cuerpo muy similar al suyo, a la que hacía 30 años que no veía, cuando vieron venir por la acera a un jovencito muy guapo, alto, rubio, de ojos verdes, que vestía una camiseta roja de tiras donde se marcaba su tableta, y unos vaqueros apretados donde resaltaban su gran paquete y su redondo culo. El Adonis se sentó a una mesa de la terraza donde lo esperaba una jovencita preciosa, que llevaba puesta una minifalda muy corta y una camiseta blanca apretada en la que se marcaban los pezones de sus puntiagudas tetas. Belén le dijo a Alma: -Cuando veo a un chavalito como ese quisiera tener treinta años menos. -Yo no. Yo, si puedo, me lo follo. -Te has vuelto una viciosa. -Todas las mujeres de nuestra edad deseamos follar con un bomboncito y con una yogurina y con hacer un trío con ambos, sólo que algunas lo reconocemos y otras no lo hacéis. Belén se hizo la ofendida. -¡¿Qué dices?! Soy una mujer respetable. -Que probablemente esta noche al acostarse con su marido no esté follando con él sino con el bomboncito. -¡¿Eso haces tú?! -Hice, hasta que me lo follé en su piso. Belén pensaba que su amiga se hacía la vampiresa, y le dijo: -¿Cuándo te empezó el complejo de tía buena? -No tengo complejos. Tengo ganas de disfrutar la vida, y la ...
... disfruto. -¡Anda ya! Tienes más fantasías sexuales que una adolescente. -¿Fantasías? Tres veces me corrí una tarde. El completo: Oral, vaginal y anal, pero lo que jamás olvidaré es lo de: "Estás de coge pan y moja". Belén, sintió curiosidad. -¿Y eso qué es? -Es que después de hacerme un pijama de saliva estaba más mojada que mi primera vez. -¿Y? -Y cuando le dije que no sería la cosa para tanto, el bomboncito abrió el cajón de la mesita, cogió un trozo de pan, hizo una sopa en mi coño y se la comió. -Tú imaginación es muy superior a la mía. Alma abrió su bolso, de un compartimento secreto sacó una tarjeta y se la dio a Belén. -Toma. Te advierto que el bomboncito son 1.000 euros, pero vale la pena, porque... hasta aquí puedo leer. Belén, cogió la tarjeta, la leyó y se la dio de vuelta. -Yo no engaño a mi marido. -¿Ni con el pensamiento? ¿Nunca te hiciste un dedo pensando en un yogurín? -No, no lo hice. -¿Y en jovencitas como la que está con él? Mira que piernas, que tetitas más ricas, que labios más apetitosos. Seguro que tiene un coñito pequeñito y jugoso. Belén, miró para la joven y le respondió: -Andas salida. -¿No te la follarías? Belén no le quería contestar a la pregunta. -Eres una perdida, Alma. -Dime la verdad. ¿Nunca se te pasó por la cabeza comer un coño fresquito o mamar una polla tierna y dura? A Belén le costaba trabajo mentir, pero mentía. -Yo no soy como tú. -Ya, ya, ya. No te gustan los ...