1. Alma, Belén, el bomboncito y la yogurina


    Fecha: 06/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... dije que sólo uno para que saciara su curiosidad.
    
    -"Vale, uno sólo" -dijo mirándome a las tetas.
    
    -Me rodeó el cuello con sus brazos y me besó con tanta dulzura que mi coño se comenzó a mojar. Le devolví el beso y sentí como temblaba entre mis brazos.
    
    -"Hazme el amor"-me dijo con voz azucarada.
    
    -Le levanté la camiseta... Le comí las tetas... Debía ser su primera vez, ya que sus dulces gemidos me dijeron que no tardaría en correrse. Me arrodillé delante de ella. Le bajé las bragas mojadas. Le abrí el chochito con dos dedos. Aún era virgen. Metí la lengua en medio de su pequeña raja. ¡Qué buena estaba! Sus piernas empezaron a temblar. Se corrió y con el gusto se meó en mi boca. Al acabar de correrse se bajó la camiseta, se subió las bragas y salió corriendo de mi casa... Me arrimé a la pared y me hice una paja que dejó mi chocho temblando con la inmensa corrida que echó.
    
    Alma ya echaba por fuera.
    
    -¡Ufffff! No tardo en correrme. Mete dos dedos en el chocho. Quiero probar tu jugo.
    
    Belén abrió las piernas, con una mano las tapó con el mantel y la otra la metió dentro de las bragas. Al entrar dos dedos en su coño sus ojos se cerraron y le dijo a Alma:
    
    -Me muero por un beso tuyo.
    
    -Y yo por comer tu boca. Dale al dos.
    
    Belén, le dio al dos. Alma, se encogió y echó las manos al coño por encima del vestido. Belén ya estaba cachondísima.
    
    -Mírame, Alma, quiero ver tu cara cuando te corras.
    
    Alma, la miro, y le dijo:
    
    -¡Cómo me gustaría que me comieras ...
    ... el coño!
    
    -¿Vamos al lavabo? Te lo como, me toco un poquito y me corro yo también.
    
    -Vamos.
    
    Belén apagó el vibrador. Se fueron al lavabo. Después de entrar, Belén, cerró la puerta con llave.
    
    Alma, se quitó del coño el pequeño vibrador y lo guardó entre las tetas, empotró a Belén contra la pared. Se comieron las bocas. Se metieron las manos dentro de las bragas, luego dos dedos dentro de sus coños empapados y se masturbaron una a la otra.
    
    Alma le quitó a Belén los dedos del coño y, empapados, los metió en la boca y los chupó.
    
    -¡Qué rico!
    
    Belén sacó los dedos, probó el jugo de Alma, se agachó, le bajó las bragas, chupó un dedo, se lo metió a Alma en el ojete y follándoselo, le comió el coño empapado.
    
    Alma comenzó a gemir, Belén se metió los dedos en el coño, y al rato, sintiendo que se iba a correr, le dijo:
    
    -Dámela, Alma.
    
    Alma le cogió la cabeza con las dos manos, movió de abajo arriba la pelvis, de arriba abajo y alrededor, y un par de minutos más tarde, le dijo:
    
    -¡Tooooma!
    
    Alma se corrió. Los ojos le quedaron en blanco. Se sacudía y temblaba. Belén, al llenarle Alma la boca de flujo, se corrió con ella. Del coño de Belén salieron varios chorros de jugo que dejaron empapadas su mano y sus bragas.
    
    Desde ese día, cada vez que Belén follaba con su marido pensaba en el joven, y cuando se hacía un dedo pensaba en Alma o en la joven del bar.
    
    Belén tenía memoria de elefante. Un mes más tarde, marcó un número de teléfono. Le respondió una voz ...
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