1. Humillada por comportamiento incívico


    Fecha: 08/07/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    ... paquete de guantes de plástico, una botella de agua y una especie de orinal color azul claro.
    
    El hombre miró a la muchacha y sonrió lascivamente. Luego tomo la palabra.
    
    -Silvia, ¿verdad? Lo sabemos todo de usted... pero lo que nos ocupa hoy es su comportamiento. Monitorizamos aleatoriamente distintos lugares públicos en busca de personas poco cívicas y en esta ocasión la hemos pescado con las manos en la masa. Usted no se ha negado nunca, según veo, a que se le aplique la ley de re-educación del gobierno y por lo tanto, tenemos la potestad de corregir su conducta.
    
    -Levántese y desnúdese. -dijo con frialdad la mujer policía mientras se enfundaba los guantes.
    
    La aludida tardó unos segundos en reaccionar, valoró la opción de revelarse pero... había oído historias. La situación no era buena, pero podía ser mucho peor. Estaba en manos de sus captores "legales" y lo máximo que podía hacer era esperar que no fuesen unos pervertidos de tomo y lomo y la humillación no durase mucho.
    
    Con nervios, pero tratando de mostrar un aplomo que no tenía, se quitó la ropa quedándose en cueros. Su trasero temblón y sus pechos bien moldeados notaron la caricia del aire que, a pesar de la calidez del lugar, aparecía de forma caprichosa.
    
    -Veo que no te afeitas el coño. -observó el varón.
    
    Su compañera se acercó a la víctima y le ordenó que levantase el brazo.
    
    -El sobaco no tiene pelos... Inclínate.
    
    Con las mejillas coloradas por el rubor Silvia se inclinó hacia delante y un ...
    ... instante después notó como el dedo enguantado se colaba por sorpresa en su ano.
    
    -Espero que te hayas lavado el culo esta mañana. No me gustan las tías guarras.
    
    La joven permaneció en silencio, esperando que el examen anal terminase cuanto antes.
    
    -Está bien, puedes sentarte.
    
    La silla de metal era fría al tacto.
    
    -Bebe. Tienes que beberte esta botella. Tranquila, es solo agua.
    
    La cautiva obedeció.
    
    -Bien, ahora esperaremos un rato.
    
    Media hora después, Silvia solicitó dócilmente.
    
    -Necesito ir al baño.
    
    -¿Ves algún baño? -se burló el hombre.
    
    Veinte minutos después la chica insistió.
    
    -Por favor, me estoy meando... ya no aguanto más. -espetó cruzando las piernas.
    
    Diez minutos después, con lágrimas en los ojos. Suplicó nuevamente.
    
    -Vaya, vaya. Tenemos una llorona con nosotros... y eso que no hemos empezado. -aseveró la fémina.
    
    -Hoy voy a ser bueno y te dejaré orinar... pero como pago me dejarás que te folle.
    
    -Por favor, sí... vale, haré lo que sea... pero déjenme ir al baño.
    
    -¿Baño? aquí no hay baño... pero por suerte tenemos orinal. -dijo ofreciéndole el recipiente de plástico.
    
    La chica lo cogió, miró alrededor buscando intimidad, pero allí no había donde esconder las vergüenzas. Así que, empujada por la imperiosa necesidad, dejó el orinal en frente de la silla, se puso de cuclillas y dejó escapar el pis, que, furioso, se estrelló con gran estrépito contra las paredes de plástico. La meada terminó con una ventosidad.
    
    La mujer le ...