Ese culo respingón
Fecha: 12/07/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Sexuspunendi, Fuente: CuentoRelatos
... labios. Me besó en la boca y en el cuello, bajando lentamente hasta enfrentarse a mi entrepierna. Ella desabrochó mi cinturón, desplazó después los botones correspondientes, todo para introducir su mano dentro de mi ropa interior y sacar mi desesperación de su encierro. Sus labios rojos comenzaron a consumirme con fuerza y profundidad. Una mano se apoyó en su nuca, sin ánimo de dirección, sino de caricia y gratitud.
Sus labios lograron activar las dos sensaciones que todo hombre desea. Que ese placer no acabe con el siguiente y que el calor corporal del deseo mezclado con alcohol se concentre donde se hallaban hace poco sus labios. Con un movimiento firme de mi mano la separé de su ensimismamiento y la levanté frente a mí. La besé apasionada y agradecidamente para después tomarla por la cintura y voltearla, poniéndola en frente de la cama. Le saqué la cartera que aún colgaba de su hombro, lanzándola a un rincón, para posteriormente empujarla suavemente contra la cama. Ella entendió mi intención, poniendo sus rodillas encima del borde de la cama y levantando lentamente su culo respingón. Procedí a levantarle la falta lentamente mientras mordía sus muslos a través de sus medias negras caladas. Ella acompañaba cada mordida con suspiros que se fueron transformando en gemidos. Una vez que posé mi boca en su entrepierna, por encima de su fina ropa interior, escuché su aprobación en forma de un gemido largo e intenso. Después de algunos minutos mordiendo con mis labios aquella ...
... zona, me alejé y le bajé su ropa interior hasta la parte baja de los muslos. Ella intentó levantar sus rodillas, pero la contuve. Deseaba verla en esa posición. Sus pies con los tacos negros aguja, seguidos de sus medias caladas negras, coronado con el vestido subido hasta la cintura con la magnificencia de ese culo respingón.
Después de quedar embobado por unos segundos, volví a posar mis labios en su entrepierna. Al juntar mis labios con los suyos ella dio un respingo, casi como si le hubiesen dado un golpe de electricidad. A sus labios los mordía con los míos, los apretaba, me alejaba de ellos recorriendo sus alrededores para después volver a besarlos. Después de unos minutos ella comenzó a comunicar sus ganas de ir más lejos ofreciéndome su culo respingón en la forma de movimientos hacia atrás y hacia adelante. La ignoré. Seguí con mi trabajo con los labios interiores hasta que en un momento puse mis manos alrededor de sus muslos y comencé a acariciarlos. Cuando sus movimientos ya denotaban una suplicación, apreté sus muslos con fuerza e introduje mi lengua hasta el fondo de sus labios interiores. Un “aaaah” desde el fondo de su garganta me dio la bienvenida.
Mientras seguía ateniendo a sus labios interiores y a sus cavidades, un pensamiento cruzó mi mente y elevó mi temperatura corporal. Al mismo tiempo, los gemidos de Viviana comenzaban a acelerarse por lo que aproveché de seguir su ritmo. Aplicando una técnica que siempre me había dado buen resultado, saqué de mi ...