1. Tuve que decir adiós, con la braga todavía empapada por ti


    Fecha: 15/07/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... tregua y salimos del coche sin decirnos nada, solo nos mirábamos, siempre a unos metros de mi Jose vio como metía las llaves en la puerta del jardín de casa, como mirándole desaparecía en el interior del jardín dejando la puerta abierta, luego la del interior de mi casa, dejé el bolso y el abrigo en la entrada, las llaves encima de la mesa sin cerrar tampoco la puerta, oí como la puerta del jardín se cerraba, cuando mis pies sentían el suelo de parquet cuando me quitaba los zapatos de tacón en el pasillo, un poco más adelante oí como la puerta de casa también se cerraba cuando mi chaqueta caía también al suelo, más tarde mi blusa, luego mi falda, iba dejando un rastro de ropa para que Jose me seguirá, para que al final me encontrara encima de la cama con las medias negras y quitándome el sujetador según entraba en mi habitación.
    
    Ninguno de los dos dijo nada, ninguno de los dos nos atrevimos a romper aquel silencio, aquella magia que nos envolvía, al igual que yo Jose se había ido quitando la ropa y dejándola caer en los mismos sitios donde yo me había desprendido de la mía, yo le miraba fijamente recostada en la cama con mi melena tapando uno de mis pechos, debajo de su bóxer su pene había aumentado de tamaño considerablemente, mi tanga se metía entre mis labios mojándose de los fluidos que empapaban mi vagina, solté un suspiro, un jadeo cuando note como su rodilla tocaba mi cama hundiendo el colchón, tan siquiera me había tocado, tan siquiera nos habíamos rozado y en ...
    ... ese momento cuando le venía gateando hacia mí, me tumbe en la cama, apoyando mi cabeza en la almohada y abriendo mis piernas para que se metiera entre ellas.
    
    Su piel ya cubría la mía, mis pechos aplastados por el peso de su cuerpo, mis pezones habían aumentado de tamaño y se clavaban en su piel, sus labios besando los míos, nuestras manos entrelazadas subían y bajaban y entre mis muslos podía sentir cómo su cuerpo se apretaba contra el mío sintiendo su pene cada vez más duro, deseando salir de la tela que lo presionaba, notaba como mi coño recibía pequeños empujones. Notaba como mi cuerpo liviano se elevaba y volaba, sentía unas sensaciones que hacía tiempo tenía olvidadas, nos besábamos sin parar, sin separar nuestros labios, sin dejar de morderos suavemente, nos mirábamos y continuábamos acariciándonos, tus manos en mis pechos recorriéndolos y apretándolos, las mías en tu espalda subiendo y bajando por ella casi sin tocarte, había elevado mis piernas y te rodeaban por la cintura sin dejarte casi mover, solamente tu pelvis que apretaba mi sexo, sintiendo la dureza de tu pene en mi coño, los jadeos, nuestra respiración fundiéndose en nuestra boca, todas aquellas dudas se habían disipado hacía ya rato, era libre… libre para quererte, para besarte, para entregarme a ti.
    
    Separando las piernas, con un giro de mi cuerpo te puse boca abajo, sentándome encima de ti con las medias y mi tanga a medio quitar, mi coño seguía cubierto por mi ropa interior, pero mis glúteos estaba ...
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