1. Seducido por mi subordinada


    Fecha: 19/07/2025, Categorías: Hetero Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos

    ... uno frente al otro. Hablamos de temas profundos y mundanos, sorprendiéndome por lo formadas que estaban sus opiniones para alguien de su edad. Tácitamente evitamos mencionar como cambiaría desde ese momento nuestra relación profesional.
    
    Después de tragar su último bocado se levantó hambrienta de algo más. Se sentó en mis piernas y empezó a besarme, con sus manos atrapando mi rostro. Nos dimos cariño sin ningún apuro. Nuestras manos recorrían el cuerpo del otro sin dejar de besarnos. Cuando la intensidad de las caricias aumentó se levantó y me ofreció su mano. Nos dirigió hasta el sofá. Me empujó suavemente sobre este y se desabrochó con sensualidad su camisa. En ese momento descubrí que además de su calzado tampoco se había repuesto el sujetador. Quise agarrarle las tetas pero me frenó sujetando mis muñecas con gracia.
    
    - No, no ,no – dijo sonriendo – Solo cuando te lo indique.
    
    - Pero…– intenté responder sorprendido, aunque sin mucha fuerza de voluntad para oponerme.
    
    - Sin peros jefecito – contestó seria – mmm así está mejor – finalizó cuando mis manos se posaron en su cintura antes de volver a besarme.
    
    Me desnudó sin ninguna prisa. Después se paró y me dio la espalda. Terminó de sacar su camisa y la arrojó sobre el sofá. Continuó con su falda, bailando al ritmo de una música imaginaria. Cubrió sus pechos con una mano y se sentó sobre mí, agarrándose de mi cuello con la otra. La tome de la cintura, dándole el equilibrio necesario para levantarse y bajar su ...
    ... bombacha. Agarró y me puso un preservativo que había preparado sobre el sillón antes de volver a sentarse. Luego acarició mi pecho casi rasguñándome. Después empezó a enrollar la corbata en una mano y llevó la otra a mi mejilla. Me besó con dulzura y acercó su cuerpo hasta rozarme con sus pechos. Gimió al notar mi pene totalmente erecto y palpitante. Al separar nuestros labios tiró de la corbata hacia abajo con suavidad. Con mi rostro a la altura de sus senos la miré suplicante. Me tomó de la cabeza llevando mi boca a su teta derecha. Lamí y chupé despacio. Conmigo pegado a su piel se penetró y empezó a moverse en círculos lentamente. El contacto de mi miembro con el suyo hizo que la mordiera suavemente cuando un gemido intentó escapar desde lo más profundo de mis entrañas.
    
    “Aahhh” gritó con sorpresa y placer mi subordinada al sentir el contacto de mis dientes, mientras aumentaba momentáneamente su ritmo presa del gozo. Pocos segundos más tarde retomó su velocidad anterior. “Seguí lamiendo jefecito” dijo una vez recuperado el control sobre su cuerpo. “Chupame el pezón”. A pesar de no verla pude sentir la sonrisa de satisfacción de Micaela cuando cumplía sus órdenes. “mmmmm mordeme despacio”. Cada deseo satisfecho fue acompañado de un gemido y una leve aceleración de sus movimientos.
    
    Una vez alcanzada la cadencia adecuada para su gozo me separó de ella y empujó contra el sillón. Volvió a amordazarme y tomó mi rostro con sus dos manos, acercando nuestros labios a pocos ...
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