1. Seducido por mi subordinada


    Fecha: 19/07/2025, Categorías: Hetero Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos

    Me es difícil definir la relación que tengo con Micaela. Si bien es formalmente uno más de los analistas que tengo a cargo sus funciones, responsabilidades, autoridad dentro del equipo y, por consecuencia, su remuneración difiere significativamente de las de sus compañeros. Es en realidad mi mano derecha e inmediata y natural sucesora. Y se lo ganó en poco más de un año de trabajar conmigo.
    
    Aunque siempre me pareció atractiva nunca imaginé que terminaría siendo suyo. Ni siquiera pasó por mis pensamientos insinuármele, ya que, además de los conflictos que la relación laboral podía traer, la diferencia de edad (le llevo 10 años) hizo que no considerara posible ningún tipo de vínculo que no estuviera relacionado con el trabajo.
    
    En cuanto reaccioné a su sutil juego de seducción ya me tenía totalmente cautivado. Primero me atrajo su profesionalidad. En menos de tres meses de haber comenzado a trabajar conocía a la perfección todo el sistema, destacando de sus compañeros más antiguos por los aportes que una mirada nueva suele traer. Luego de haberse ganado mi confianza me conquistó con su forma de ser al trabajar cada día en forma más cercana. Era seria y responsable a primera vista, pero entendía perfectamente los momentos en que era posible ser descontracturada y jovial, lo que ayudaba mucho al ambiente laboral, sobretodo en los días que debíamos quedarnos después de hora. Al mismo tiempo fue despertando de a poco mi curiosidad por su cuerpo. Si bien nunca dejó de ...
    ... vestirse de manera profesional y adecuada, sabía como lucirse para que la mirara cuándo y dónde ella quería. Variaba su atuendo con aparente naturalidad, pero al menos una vez por semana se preparaba para destacar algo de su figura. Un pantalón un poco más ajustado, un botón de la camisa desabrochado que me permitía ver el inicio de su corpiño cuando se colocaba a mi lado, sus labios pintados de un color casi imperceptiblemente más rojo son algunas de las pequeñas insinuaciones con las que solía tentarme.
    
    El comienzo del fin fue cuando casi sin darme cuenta me descubrí pensando en Micaela mientras me masturbaba. Al día siguiente me sentía culpable y me costó comportarme con normalidad hacia ella. Si bien intenté no demostrar nada estoy convencido que debió haber algo en mi que me delatara, ya que, mirando hacia atrás, puedo afirmar que a partir de ese momento sus avances, aunque todavía sutiles, comenzaron a ser más osados.
    
    Dada la confianza que habíamos generado no me extrañó que un lunes, charlando sobre qué habíamos hecho el fin de semana, me mostrara fotografías suyas con sus amigas en un boliche. Hoy puedo decir con seguridad que ese fue una etapa más en su plan de conquistarme, pero en ese momento fui incapaz de notarlo. Lo que si noté, y recordé detalladamente esa noche, fue lo bien que le marcaba su pecho y lo poco que cubría de sus muslos el vestido negro sin mangas que se había puesto. Este ritual lo repitió la semana siguiente y, desde entonces, lo hacía con ...
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