1. Seducido por mi subordinada


    Fecha: 19/07/2025, Categorías: Hetero Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos

    ... palabras y la incomodidad que mi erección me provocaba no escuché los primeros bocinazos y tuvo que ser Micaela quien me hiciera notar entre risas que debía avanzar.
    
    El resto del camino fue sin mayores novedades. Eso me dio tiempo a que se me bajara la erección y pudiera volver a pensar con claridad. A pesar de interesarme e incluso sentirme halagado porque Micaela se fijara en mí, rechazarla me parecía lo más razonable. De todas formas no quería lastimarla, ni que pensara que no me atraía. Una vez alcanzada esa conclusión traté de no volver a mirarla, pero como durante todo el año previo se las ingenió para que lo hiciera. Un suspiro, una caricia o un movimiento de sus piernas fue todo lo que necesitó para que fijara mi vista en ella.
    
    Cuando llegamos a mi casa le dije que se pusiera cómoda y le ofrecí una copa. Tenía que hablar con ella antes de que pasara algo más, pero Micaela interpretó mi ofrecimiento de otra manera. Me esperaba recostada en el sofá, acariciando sus piernas y había desabrochado un botón de su camisa. Al verla dejé las bebidas y empecé dubitativo a decir lo que había planificado.
    
    - Mica, tenemos que hablar – antes de que pudiera continuar se levantó segura y con pasos lentos se acercó a mi. La vi caminar hipnotizado y cuando reaccioné ya la tenía rodeándome con sus brazos y sus labios a unos centímetros de los míos.
    
    - Ya sé lo que vas a decirme – clavó su mirada en la mía – no crees que sea buena idea – asentí en forma automática – tenés miedo ...
    ... sobre cómo puede afectar nuestra relación laboral – en mi cabeza se agolparon infinidad de preguntas pero dos volvían recurrentemente: “¿cómo podía leer mi mente con tanta facilidad?” Y “¿Cómo alguien a quien llevaba 10 años de edad podía ponerme en ese estado de duda y manejarme a su antojo?” Antes de seguir hablando sonrió, supongo que notando mi turbación – yo también pensé en esto – me agarró la corbata con una mano mientras seguía colgada de mi nuca con la otra – pero si no nos afectó hasta este momento, ¿por qué habría de hacerlo ahora?
    
    Antes de que pudiera contestarle me besó. Confundido y sin pensar con claridad me dejé llevar. Sólo separó nuestras bocas unos instantes para verme a los ojos y comprender que me había entregado a la lujuria. Cuando nuestros labios volvieron a unirse la tomé de la cintura. Ella me arrastró hasta que tropezamos con el sofá.
    
    Caí encima de ella y llevé mis manos a sus pechos. Rompió el beso para gemir con fuerza. Sin dejar de apretar sus tetas besé y mordí su cuello. Micaela no paraba de gemir y retorcerse. Desabroché de a poco su camisa y descendí por su cuerpo besándola. Cuando iba a empezar a quitarle la falda me detuvo y, en un solo movimiento, se colocó sobre mis piernas. Bajó su camisa hasta debajo de sus hombros y apoyó sus manos en los míos. Estaba tan hermosa que quise tomarme unos instantes para apreciarla bien. La camisa por los codos y su sujetador negro de encaje la hacían verse sexi. Tenía la boca entreabierta. Sus ojos ...
«1...345...13»