-
Seducido por mi subordinada
Fecha: 19/07/2025, Categorías: Hetero Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos
... contestar como la atadura sobre mis labios me lo permitía. Micaela sonrió ante mi desesperación y me acarició con cariño mirándome a los ojos. - Rogámelo – dijo, otra vez con tono levemente imperativo, llevando una uña a mi cuerpo. El leve rasguño me hizo gritar de placer. Era incapaz de decir nada. Solo bufaba como un animal. - Pod favod… - le imploré tanto con mis palabras como con mis ojos. Sentía como, además, mis brazos comenzaban a cansarse debido al tiempo que llevaban levantados. - ¿Por favor qué? - Quiedo cogedte - Yo también quiero que me cojas jefecito, pero no sé si es justo darte ese premio después de lo que me hiciste esperar. Vas a tener que esforzarte más para compensarme – la miré extrañado – decime que me deseás - Te dejeo – entre la corbata y mi agitación se me dificultaba hablar – mad que a nada – empezó a moverse de nuevo sobre mi miembro – ahhh haje mejes que holo pienjo en vos - ¿Ah sí? - Ji – solo la desconcentración que me producía el dolor de mis brazos me impedía acabar. - Está bien – dijo parándose y recogiendo su falda – pero antes de cogerme vas a tener que hacer algo por mí. - Aha – me empujó despacio, haciendo que me recostara en el sofá y descansara mis brazos en el lateral – lo que jea – no pudo evitar una sonrisa de satisfacción - Vas a hacerme la mejor comida de concha de mi vida Apenas terminó esas palabras se acomodó encima de mí y corrió su bombacha y mi corbata. En cuanto su sexo estuvo a mi alcance ...
... empecé a lamerlo de arriba abajo. Micaela me fue indicando lo que quería que hiciera: “lameme”, “chupá”, “mordeme despacio”. De a poco sus órdenes fueron haciéndose más espaciadas, mientras las reemplazaba por gemidos. Pasados unos minutos me agarró de la cabeza, pegándome a ella con fuerza y gritando “así jefecito” o “seguí, no pares”. Por último me tiró fuerte del pelo y gimió durante algunos segundos, sin casi dejarme respirar. Yo seguía lamiendo con todas mis fuerzas hasta que finalmente me liberó. Estaba aún recuperando el aire cuando me besó con pasión y se acostó sobre mi cuerpo, rozando sus senos con mi pecho. Esa caricia hizo que gimiera en su boca. Me sonrió y siguió besándome, aunque en forma un poco más romántica. Se separó unos centímetros y, mirándome a los ojos, agarró despacio mi miembro. Se introdujo solo la punta y sin soltarme empezó a moverse en círculos. Intenté mover mi cadera para penetrarla, pero me lo impidió. - Todavía no te lo ganaste, jefecito – dijo ante mi cara de sorpresa – ¿qué estás dispuesto a hacer para metérmela? - Todo – contesté cegado por la calentura. Micaela mordió su labio inferior y bajó un poco más, haciéndome gemir con fuerza. - Esa es una respuesta un poco vaga - Lo que haga falta. - Mmmm – descendió otro poco – mejor, pero todavía no es suficiente. - Lo que quieras – mi subordinada sonrió de felicidad y terminó de penetrarse - ¿No lo decís solo para cogerme? – subió y bajó despacio y después dejó quieta su ...