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Seducido por mi subordinada
Fecha: 19/07/2025, Categorías: Hetero Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos
... vez no le rogué que me dejara hacerlo. “Vamos” fue lo único que dijo después de sonreírme. La tomé con firmeza de la cintura y me paré con esfuerzo. Ella me rodeó con sus piernas y me besó. Apenas pude llegar hasta mi cama. La apoyé de espaldas sin dejar de besarla. Inmediatamente giró para quedar encima de mí. Sin soltar su cadera me acomodé sobre la almohada. Micaela sonrió al notar que, a pesar de ser lo que cualquiera hubiera hecho en ese momento, no la agarré de la cola. Después pegó mis brazos a la cabecera de la cama y volvió a atarlos con mi cinturón que al día de hoy no sé cómo lo llevó con ella. Finalmente cubrió otra vez mis labios con la corbata y empezó a descender a besos por mi cuerpo. Yo gemía y me retorcía sobre el colchón cada vez que sus labios, su lengua o sus dientes rozaban mi piel. Cuando alcanzó la altura de mi pene este ya me dolía de la excitación. Se lo introdujo en la boca despacio y sin sacárselo se dio vuelta, quedando su cola y su concha a pocos centímetros de mi boca. Acerqué mi rostro y acaricié el exterior de su vagina con mi nariz. Mientras succionaba con parsimonia volvió a correr su falda y su bombacha y llevó un pie a tientas hasta la corbata, el cual mordisqueé en cuanto alcanzó su objetivo. - Lamé jefecito – ordenó dejando su planta sobre mi boca. Aún dudaba si obedecerle o no cuando volvió a meterse mi miembro por completo en su boca y masajeó la punta con su lengua – exactamente lo que diga sin cuestionarlo – dijo antes de ...
... volver a ocuparse de mí, sabiendo que esa muestra y su recordatorio serían suficiente para que le hiciera caso. La primera lamida fue algo tímida, pero el suave gemido de Micaela me animó a seguir. El sabor salado de los pies transpirados me resultó menos desagradable de lo que imaginaba. Ya más confiado di el siguiente lengüetazo, que fue respondido con un beso en mi tronco. De a poco fui ampliando la superficie que recorría cada vez. Esto fue premiado con besos de mayor intensidad y pequeños lametones en mi miembro. Al darme cuenta de esta relación puse mayor ahínco en cada lamida. - Mmmmm que rápido que aprende mi jefecito – dijo cuando pasé mi lengua entre su pie y sus dedos y antes de volver a lamer todo mi tronco y llevarlo entero adentro de su boca. Empezó a subir y bajar mientras yo besaba, chupaba y lamía sus deditos. Después de unos minutos empezó a masturbarse, metiendo y sacando rápidamente primero uno y más tarde dos dedos de su empapada conchita. A medida que aumentaba la velocidad de su penetración también aceleraba sus movimientos sobre mi pene. La succión que hacía con sus labios estaba llevando cada vez más rápido el semen hasta la punta. Finalmente su necesidad de gritar por el placer que recibía fue demasiado intensa y se separó de mi miembro aullando como poseída. Contrario a lo que pensé en ese momento su estado de éxtasis no la hizo olvidarse de mí y llevó su mano libre a mi tronco, rodeándolo con firmeza. Sin dejar de gritar empezó a jalarlo ...