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El nuevo curso (II)
Fecha: 19/07/2025, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
Lo primero que vio Enrique al despertarse fueron los números luminosos del despertador que Damián tenía en la mesilla. Marcaban las nueve y diez de la mañana del domingo. A su espalda notaba la respiración tranquila de Damián y su brazo rodeándole el pecho. Aunque se habían movido durante la noche ni siquiera se había enterado. Al pasear la vista por la habitación notó una ligera punzada en las sienes sin duda causado por lo que había bebido ayer. No era demasiado y no podía decir que hubiera estado borracho, pero no tenía costumbre y su cuerpo se lo recordaba. Acuciado por la necesidad de ir al baño intentó levantarse de la cama con sigilo, procurando no despertar a Damián que parecía profundamente dormido. Sin embargo, no tuvo demasiado éxito, ya que el colchón chirrió de forma bastante audible cuando se sentó al borde de la cama. La mano suave de Damián acarició su espalda mientras este se incorporaba sobre un codo, aún adormilado. –Eh, ¿qué horas es? ¿te vas? –murmuró medio dormido mientras se frotaba los ojos. –No quería despertarte, perdona, pero tengo que ir al baño –susurró Enrique mientras terminaba de incorporarse y le sonreía –sólo son las nueve y algo, vuelve a dormirte si quieres. Damián se desperezó y se estiró de tal forma que las costillas se le marcaron bajo la piel, destacando vivamente gracias a su delgadez natural. Girando hasta ponerse boca abajo acomodó los brazos bajo la almohada y tras removerse un poco volvió a cerrar los ojos. Enrique ...
... sonreía embobado, la naturalidad del joven conseguía dejarle atontado y a la vez fascinado. De no necesitar orinar con tanta urgencia se habría quedado allí mirándole durante horas. –No… no me dormiré de nuevo, pero avísame cuando vuelvas por si acaso. El baño está en el pasillo. Sofocando una risa salió del cuarto de puntillas. Era evidente que a su amigo no le gustaba madrugar. Encendiendo la luz del baño alivió por fin su vejiga. La curiosidad pudo con él y mientras orinaba paseó la vista por el cuarto de baño, de un tamaño algo mayor que el suyo. Los azulejos de color azul claro daban una impresión fresca del espacio y contrastaba con los grises del suelo. Frente al lavabo blanco con cajones debajo sólo había una balda y un espejo bastante grande con una pequeña luz encima. Sobre el propio lavabo solo había un bote con un cepillo y pasta dentífrica y jabón de manos líquido, mientras que en la balda del espejo pudo ver una afeitadora eléctrica, gel fijador, un cepillo del pelo y algo que le dejó helado: un par de condones en un llamativo envoltorio amarillo canario. Se lavó las manos sin apartar la vista de los condones. Por su parte sabía que no había problemas: siempre había tenido sexo seguro y sus últimos análisis habían salido perfectos, pero no podía decir lo mismo de Damián. Aunque parecía responsable no sabía casi nada de él o de su vida a pesar de haberse colado por él con tanta intensidad. Una sensación de ansiedad subió desde la boca de su estómago e hizo ...