1. El nuevo curso (II)


    Fecha: 19/07/2025, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... Enrique observó fascinado que los duros pezones parecían más oscuros que la noche anterior. Les contempló fascinado y se echó algo hacia atrás para masturbarse mientras miraba a su amigo, que jadeaba con sus ojos verdes cerrados. Juntó ambos penes y les frotó juntos, rozando ambos glandes y en especial los frenillos mientras le besaba el pezón derecho y succionaba con fuerza, clavando a continuación los dientes, pero sin llegar a hacerle daño. Con un brillo de traviesa diversión en su mirada se fijó en los rizos rojizos y apelmazados del pubis de Damián y, soltando un momento ambos penes, dio un suave tirón a la mata de vello.
    
    El grito que escapó de la boca de Damián, mezcla de sorpresa y excitación, reverberó en sus oídos y tuvo un impacto directo en su pene. Volviendo a agarrar ambos siguió masturbándose con su amigo mientras metía tres dedos en su ano, que empezaba a estar dilatado y a punto. Los podía deslizar con facilidad dentro y fuera mientras jugaba alternativamente con los pezones de su amigo que le abrazaba con fuerza, sin ser capaz de otra cosa que no fuese gemir y jadear cada vez más alto. Empujándole hacia atrás con su peso consiguió tumbarle, quedando encima de él y entre sus largas piernas que subieron sin que tuviese que pedírselo.
    
    Acariciando con la lengua la parte interior de los muslos de Damián retiró los dedos de su ano y comprobó que el rosado orificio quedase abierto y relajado. Jugueteó con los pliegues exteriores y contempló fascinado como se ...
    ... cerraba cuando le introdujo el pulgar. Tanteó la presión y la cálida estrechez del interior, ahora más elástico y dilatado que antes, y mordiendo a su amigo cerca de la rodilla retiró el dedo y apoyó el glande en su ano. Empujó ligeramente, pero se retiró con una sonrisa, mordisqueando la sensible piel de sus piernas hasta que casi logró rozar con sus labios las ingles de Damián.
    
    Repitió la maniobra unas cuantas veces, frotándose contra sus testículos y su pene y alternando los muslos, describiendo trazos húmedos con la lengua mientras ponía a prueba la paciencia de su amigo, quien gemía e intentaba apretarle con las largas piernas que había cruzado a su espalda. Sabía que estaba impaciente y que lo deseaba, y aunque él también se moría de ganas por penetrarle disfrutaba demasiado de sus gemidos, de la sensación de tenerle anhelante para él. Se dobló todo lo que pudo y dejó un rastro de besos por su pubis, ascendiendo en un triángulo hasta el ombligo donde metió la lengua en una fiel imitación de cómo lamería el ano de Damián que ahora presionaba con su pene. Cuando notó que vencía la escasa resistencia que presentaba se separó y movió las caderas para golpearle con su pene.
    
    –¡Por favor! Por favor, Enrique. No aguanto más –suplicó Damián sin poderse contener más.
    
    –¿Por favor? Pero qué mono eres, que mono y que excitante –tironeó con sus labios del vello púbico del joven que gimió excitado y desesperado–, pídemelo de nuevo.
    
    Damián sujetó con sus suaves manos la cara ...
«12...567...19»