VERDADERO PLACER Autor: MAPMAKER
Fecha: 06/11/2018,
Categorías:
Bisexuales
Autor: mapmaker, Fuente: RelatosEróticos
... lamía su verga limpiándola y reduciendo su tamaño. Tuve que abstenerme muchos días hasta que mi culito sanara.
Unos años después, viviendo solo, me compre una verga de plástico a la cual llamé “El mulato”, tenía doce pulgadas de largo, gruesa y con todas las venas e irregularidades de una verga real.
El mulato tenía una ventosa que permitía que se pegara firmemente en cualquier superficie lisa; la colocaba a la altura exacta de la entrada de mi culo, reptaba hacía atrás, hacia su encuentro para ensartármela toda y hacerme varias pajas; ahí continué dominando las contracciones de mi esfínter.
Gustaba de dejar que “mulato” saliera hasta el cuello de la cabeza del pene; apretaba mis nalgas y allí lo retenía; lo apretaba para que no abandonara su encierro
Como tenía relaciones con mujeres, utilizaba la verga de hule con cualquier degenerada que se dejara penetrar; en esos casos, me colocaba el miembro en mi pubis con un arnés y me cogía a las mujeres por ambos orificios.
Luego llego el indígena a quiendi hospedaje; en una noche de tragos me aproveche ya que sabía que no tenía mujer y que nunca había tenido relaciones sexuales.Aquella noche lo sorprendí sobándose la verga.
Me acerqué a el y en broma le dije que midiéramos nuestros miembros; su estado de ebriedad lo despojo de toda vergüenza y al verme desnudo se excitó. Se despojó de sus ropas y empezó a mesarse el miembro.
Al cabo de unos instantes nuestros miembros estaban erectos; tenía una verga oscura ...
... y gruesa; del grosor de la bola que se formaba en la base de la verga de Capitán; podía tener unas siete pulgadas, se veía poderosa; pero la cabeza. fue lo que mas me llamó la atención ; parecía un hongo, una campana .
Ella sola servía de reten, aparte de eso, sus testículoseran pequeños y estaban pegados a la base de su miembro.
Instintivamente dirigí mis manos hacia ella, empecé a sobársela, sentí sus palpitaciones, su tibieza, su dureza, me incliné y empecé a mamársela; un gemido de complacencia escapo de sus labios. Lo empujé suavemente sobre el lecho y apague la luz.
Tanteé en un cajón y encontré el tubo de lubricante; nuevamente me incline para continuar mamándole el pene; puse mi trasero al alcance de sus manos, le di el tubo de lubricante y le dije: “si quieres metérmelo, debes ponerme lubricante en el culo”.
Sentí sus ásperos dedos poniendo el lubricante en mi ano, di un respingo cuando me introdujo un dedo; estaba excitado, continúo metiéndome el dedo hasta que no podía más. De pronto, enardecido se levantó y tomándome por la cintura me coloco en posición de perrito.
Tenía una fuerza descomunal, se colocó tras mis glúteos y aprisionándome por la cintura me dio un envión; relaje mi esfínterpreparándome para la penetración; la descomunal cabeza atravesó mi ano ampliándomelo al máximo; me empezaron a arder los bordes del culo.
Sentí una sustancia babosa resbalar por el canal de mis nalgas, me percaté que me estaba ensalivando; recuperé el tubo de ...