1. Mi historia con una mujer maltratada (7)


    Fecha: 26/07/2025, Categorías: Hetero Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos

    ... tuvo un orgasmo que provocó que clavara sus uñas en mi espalda.
    
    Me preguntó si podíamos abandonar esa posición y le dije que sí.
    
    —¿Qué te puedo hacer ahora?
    
    —¿No me podrás tocar?
    
    —Dale.
    
    La empecé a tocar. Entre sus fluidos y el lubricante del preservativo, estaba empapada.
    
    Empecé a meter dos dedos y gimió como loca. Cuando metí tres y los empecé a mover, gritó de placer. Me saqué el forro enfrente de ella mientras la masturbaba porque sabía que ya no lo iba a usar.
    
    —No puede ser que me des tanto placer Tomás, dijo mientras se agarraba uno de sus senos con fuerza y pellizcaba fuertemente su pezón.
    
    Tuvo un segundo orgasmo, gritaba y gritaba. Su vagina se humedecía cada vez más. Ni yo podía creer lo que estaba haciendo, o más bien lo que estaba logrando. Era increíble la sensación de disfrutar de manera indirecta, es decir, haciéndola gozar a ella. Un hombre de verdad hace eso con una mujer, hace que disfrute sin disfrutar él directamente. Le pregunté si podía hacerle un oral, me respondió que sí. Me acosté boca arriba y se sentó en mi cara. En el momento en que mi boca tocó su concha, tuvo un escalofrío ...
    ... y su cuerpo tembló. Con una mano separé los labios y mi lengua fue directo a su clítoris. Ella movía su pelvis de atrás hacia adelante.
    
    —Me estás matando, dijo en un susurro.
    
    Sus manos apretaban sus pechos, cuando de repente yo me corrí unos centímetros y de golpe mi lengua estaba en su ano, comencé a meter la lengua a muerte. Gimió y gritó tanto esa noche... Se metía dos dedos en la raja y se masturbaba al ritmo de mi lengua entrando en su orificio anal, el mismo respondía a mis juegos y se dilataba lentamente, hasta que volví a su vulva. Tomó con suavidad mi cabeza e hizo que chupe su clítoris. Desquiciada es una palabra que le va como anillo al dedo a esta mujer en este tipo de situaciones. Gritaba de placer, me pedía que no pare, que porfavor siguiera con lo que estaba haciendo.
    
    Tuvo un tercer orgasmo tremendo, uno que la dejó caer encima de mí. Yo por suerte, la agarré y la acosté en la cama. De esa manera, se durmió. Yo me fui a lavar la cara, la tenía impregnada con sus fluidos. Agarré una toalla, me sequé y fui al cuarto de vuelta. Seguía durmiendo. Me acosté junto a ella y la abracé. Me dormí abrazándola... 
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