1. La inesperada invitada. Un relato de mitología erótica


    Fecha: 27/07/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Insomne, Fuente: CuentoRelatos

    ... soñado, apenas puede tomarla de la cadera para acompañar su movimiento cuando no puede resistir más y está listo para venirse. Ella se arquea sobre él para llevarlo al éxtasis y en ese momento despliega unas inmensas alas de plumas negras como el carbón que reflejan la luz de la luna. El heredero libera su simiente obnubilado por lo que está viendo, hipnotizado por la imagen sobrenatural que se yergue sobre si.
    
    En un parpadeo las alas ya no están, mientras sus piernas siguen temblando con los últimos resabios del breve acto, la mujer se incorpora con el fluido corriendo por la cara interna de sus muslos y al observar a su alrededor nota las miradas horrorizadas de los testigos, todos los invitados observan el acto de traición, la infidelidad pecaminosa e indudable a instantes de su compromiso, su prometida con lágrimas cayendo por sus mejillas y sus labios tiritando de la angustia, su madre negando con la cabeza muestra su desilusión, su suegro con la furia personificada toma a su hija del brazo y la arrastra fuera del lugar, su padre persigue al otro regente con ...
    ... explicaciones que sabe son inútiles y las consecuencias inevitables.
    
    El joven se para de un salto y corre tratando de justificarse, sucio con las pruebas de la traición ni siquiera puede hablar con claridad, recorre el patio bajo el juicio de los comensales que saben que su estúpido flaqueo echará en balde los avance diplomáticos por lo que tanto esfuerzo hicieron. Aprovechando la confusión la mujer se viste y abandona el lugar con disimulo por una puerta trasera, orgullosa, con una sonrisa dibujada en su rostro.
    
    Afuera del lugar un hombre de imponente presencia, grandes músculos y aspecto rudo la espera sujetando un yelmo dorado.
    
    ─Ya veo por que no te invitan a las bodas. ─le dice a la mujer que acomoda los broches de su ropa. ─siempre encuentras la forma de sembrar la discordia.
    
    ─¿Sembrar? No, sólo me encargo de brotar la semilla de lo que ya estaba sembrado. ─replica con seguridad. ─Ahora no tienes que hacer nada más que esperar que dé frutos y es tu trabajo cosecharlos.
    
    ─Por eso eres mi favorita querida Eris.
    
    ─Ya lo sé Ares, que sería de ti sin mí. 
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