1. De Paul a Paulina


    Fecha: 06/11/2018, Categorías: Confesiones Autor: lcabrel89, Fuente: CuentoRelatos

    Después de descubrir las aficiones y gustos sexuales de mis padres, decidí ir a vivir con la hermana de mi padre, que era una mujer sencilla y muy conventual, soltera y vivía sola, tenía por amiga a una vecina, con la que pasaba muchas horas haciendo labores de tejidos y artesanías, con unos cuarenta años y no tenía marido; ellas dedicaban gran parte de su vida a vivir de esas actividades; cuando le dije a mi madre de mi decisión de vivir con ella me dijo:
    
    Mamá: Pero hijo allí vas a estar solo, aquí estamos contigo y te acompaña todo el día la señora del servicio.
    
    Yo: estoy solo siempre mamá y quiero aprender otras cosas.
    
    Mamá: dile a tu papá y a ver que dice.
    
    Cuando llegó papa, me acerqué y le dije:
    
    Yo: papá quiero ir a vivir con mi tía Marta; tu hermana y estudiar computación en ese pueblo.
    
    Papá: pero hijo has pensado seriamente.
    
    Yo: si papa.
    
    Papa: y tu mamá que te dijo.
    
    Yo: lo que tu digas.
    
    Papa: bueno si así lo quieres te compraré una PC y te enviaré una pensión para que vivas tranquilo y pagaremos tus estudios desde aquí. Hablaré con mi hermana para que te dé la pensión y pagarle.
    
    Yo: está bien papa.
    
    Me dediqué a ordenar mi ropa y mis útiles de escritorio, total ya tenía mis 18 años, no había más ganas que de estudiar y ser yo; el día domingo de esa semana nos fuimos con mis padres a casa de mi tía; quien se alegró que iba a tener compañía más tiempo y que la casa iba a estar más llena.
    
    Tía: gracias Paul que has pensado en mi para ...
    ... estudiar yo te ayudare en todo lo que pueda hacer por ti, sobrino.
    
    Yo: gracias tía.
    
    Papa: hermana allí te lo encargo él es muy delicado y no te dará problemas.
    
    Tía: está bien hermano confía en mí.
    
    Esa tarde acomodé mis cosas y al día siguiente fui con mi tía al instituto a matricularme para estudiar computación; allí me tocó en un aula de chicos y no habían mujeres; mis fantasías eróticas aparecieron con fuerza iba a ver más hombres y esa noche soñé que era penetrado por 25 vergas de distintos tamaños, me hacían recordar la pinga de don Pancho, gruesa y larga entrando en mi ojete, hasta ahora me duele; así me quedé dormido desnudo de las nalgas, mojando mi verguita y con ganas de cachar.
    
    En las mañanas estaba con mi tía y le ayudaba con los quehaceres de la casa y de vez en cuando con sus cosas de artesanía, junto con la vecina que venía puntual a las ocho de la mañana, allí entre los tres trabajábamos la madera los dibujos y todo aquello referido a las manualidades.
    
    Vecina: tu trabajas bien estas cosas Paul, pareces una niña, eres muy delicado.
    
    Yo: je, je…
    
    Tía: no le digas eso a mi sobrino, él es muy rápido y nos ayuda mucho.
    
    Vecina: Si, y si fuera chica más rápido tal vez, es tan finito.
    
    En las tardes me iba al estudio y, allí conocí a mi primer amigo un chico extranjero Gunther, era de origen alemán, se sentaba cerca de mi carpeta y maquina…
    
    Gunther: Hola eres nuevo?
    
    Yo: si mi nombre es Paul tengo 18 años.
    
    Gunther: Yo tengo 22 años y ...
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