DESPEDIDA DEL AÑO VIEJO
Fecha: 28/07/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: andy, Fuente: RelatosEróticos
DESPEDIDA DEL AÑO VIEJO
Vivía yo, junto con mi hermana mayor, en un departamento en el tercer piso de un edificio al que unos meses antes se había mudado una señora con sus tres menores hijos, en edad escolar, en el departamento del primer piso.
Había hecho amistad con mi hermana y por ella me enteré que tenía 32 años de edad, viuda desde hacía 4 años y que cuidaba de sus hijos, 1 varón y 2 mujercitas, con las reservas económicas que le había dejado su marido.
Ella era de tez blanca, mediana estatura, de cabello castaño claro y un cuerpo de hombros delgados, senos proporcionados y con unas caderas anchas que sostenían unos pulposos glúteos y el conjunto, sostenido por dos hermosos muslos de unas piernas algo alargadas para su tamaño.
Su cara albergaba un par de ojos de color verde oscuro, una nariz recta y unos labios finos, que hacían una agradable armonía con su rostro.
Yo estaba terminando la universidad a mis 23 años y tenía una noviecita, por lo cual me mantenía poco tiempo en casa. No había pasado del saludo con la vecina las veces que nos habíamos cruzado en el edificio, pero no me perdía la ocasión de apreciar ese hermoso culo y esos estupendos muslos que Anita, así se llamaba la señora, sin duda había reparado.
A mi llegada a casa, la tarde previa a la Navidad, encontré a Anita y a mi hermana
tomando té mientras conversaban animadamente.
Me invitaron a acompañarlas y nos pusimos a charlar.
Luego de un rato, nos contó las circunstancias que ...
... la llevaron a la viudez y muchos aspectos de su vida de casada, haciendo hincapié de lo bien que se había llevado con su marido y cuanto le hacía falta.
Dado el momento, me empezó a preguntar aspectos relacionados con mis estudios derivándolos luego hacia mis entretenimientos, pidiéndome que le contara que hacía los fines de semana y como me divertía.
Fui todo lo explicito y recatado que pude, pero sin mencionar a mi novia de turno.
Increíblemente, un día de la semana previa al año nuevo me encontré con ella en las escaleras del edificio hasta en tres oportunidades.
Ella me entretenía con algunas preguntas y contándome ciertas gracias de sus hijos y añadiendo en la última ocasión, que sus suegros habían invitado a sus críos desde el 30 y hasta el tres de enero, a pasarla con ellos en Chaclacayo, por lo que se iba a tomar esos días en completo descanso.
Al salir el 31 a hacer unas compras en la mañana, encontré a Anita parada en su puerta.
La saludé y me llamó con una seña.
Me preguntó que iba a hacer por la tarde.
Al responderle que no tenía nada que hacer hasta las 9 de la noche, me dijo: “
Que coincidencia, a esa hora iré a casa de una tía para recibir el Año Nuevo.
No te gustaría venirte a eso de las 4 de la tarde para conversar un poco y brindar por este año que se va y por el que viene
”.
Sus ojos brillaban mirándome directamente y sus labios temblaban ligeramente.
Por mi lado, sentí un ligero escalofrío en la nuca, ya que en días ...