El nuevo curso (VI)
Fecha: 30/07/2025,
Categorías:
Gays
Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... y los bóxers. De dos patadas se deshizo de sus deportivas, quedándose tan solo con unos calcetines de deporte tobilleros y los adornos de sus muñecas. Su pene, de diecisiete centímetros, sobresalía por encima de una mata de vello dorado, tupido y bastante largo. Con la mano libre el profesor exploró aquel bosque, idéntico al que crecía en las axilas del chico. Los rizos elásticos cedían ligeramente ante sus caricias para volver a levantarse en cuanto retiraba la mano. Ansiaba seguir bajando, pero la incomodidad ya era demasiado difícil de soportar.
Con una pierna a cada lado del cuerpo del chico Mauro se incorporó, quedando de rodillas. El vello de su pecho se difuminaba hasta convertirse en una línea oscura que descendía, rodeando el ombligo y bajando hasta el pubis donde volvía a espesarse, negro y ensortijado. Con cierta vacilación el joven agarró la cintura del pantalón de Mauro, soltando los dos botones y la cremallera y bajándolo con cuidado, como si temiese romper el tejido si era demasiado brusco. El pantalón dio paso a unos bóxers grises con una clara marca de humedad en los mismos. Raúl pasó la mano por ella, sintiéndola en sus dedos. Abarcó la forma entera con la mano, acariciando el grueso pene del hombre por encima de la tela. Irradiaba calor, parecía quemarle la palma de la mano.
–¿Te gusta? –preguntó el profesor con una mezcla de curiosidad real y aprensión por si no era así.
Raúl retiró la mano como si hubiese sido alcanzado por un rayo, rojo ...
... por la vergüenza. Mauro le sonrió con ternura y tras besarle los nudillos volvió a colocarle la mano sobre su bóxer, dejándole tocar a su ritmo. Los dedos finos y no muy largos de Raúl parecían deleitarse, encontrando cada pequeña vena y tensando la tela para poder tocar con más comodidad. Mauro se controlaba, gimiendo a medias, pero sin apresurar al joven a pesar de que lo que más deseaba era que le bajase ya el bóxer. Para distraerse rodeó con su mano libre el pene de Raúl y comenzó a acariciarle arriba y abajo.
Deshaciéndose con delicadeza de las manos del chico se inclinó más sobre él, descendiendo despacio por su cuerpo para dejarle saber lo que pretendía. Raúl enredó sus dedos en el cabello de Mauro, pero no le detuvo, observándole con curiosidad y excitación. Su delgado pecho pecoso subía y bajaba a toda velocidad al ritmo de su agitada respiración. Sacando la lengua la pasó despacio por todo el tronco del pene de Raúl, quien soltó un largo gemido. Algo inseguro acerca de cómo seguir Mauro le agarró por la base, equilibrándose mejor sobre una única mano y sus rodillas.
–Guíame –pidió con un susurro ronco al joven, quien asintió con la cabeza.
–Ve despacio, y usa la lengua.
Aceptando las indicaciones metió el glande en su boca y movió la lengua tentativamente, ganando confianza al escuchar los gemidos de Raúl y cómo sus uñas se clavaban en su nuca. Por propia iniciativa bajó algo más, teniendo que retroceder al momento por culpa de las arcadas. No estaba ...