1. Dime que me quieres.


    Fecha: 02/08/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... un restaurante caro en uno de los barrios de moda de la ciudad. Hace una noche agradable y lo pasan bien. Los chicos recuerdan anécdotas de cuando eran estudiantes y ríen entre copa y copa de vino. Ya las han contado millones de veces pero algunas son divertidas. Siguen bebiendo. A la mujer de Héctor le encanta el vestido de Dior y le da envidia lo bien que le sienta a Rebeca, se lo dice abiertamente, hay confianza a estas alturas. Siguen charlando de aquello y lo otro, riendo, lo pasan bien. Las horas vuelan. Ya cansados piden la cuenta que dividen en dos. Se despiden y se van a casa. Hace unos años habrían ido a tomar una copa pero hace tiempo que eso no pasa.
    
    Esa noche Rebeca y Roberto hacen el amor. Lento y tranquilo, como es todo con él. No es algo malo. A ella le gusta. Le gusta como le hace sexo oral, despacio y gentilmente, le gusta devolverle el favor y poco despues sentir su peso encima de ella, que se quede dentro quietecito durante unos minutos y llegar al orgasmo juntos y sincronizados. Una de esas veces que tienen sexo unos 15 o 20 minutos cada tres o cuatro semanas. A veces cada más. Pero es agradable. Ama a su marido.
    
    El miércoles siguiente Rebeca está en pelotas de rodillas en el suelo. Tiene las manos atadas a la espalda con una cuerda que trajo Bilal para la ocasión. Lleva dos horas follándose a Rebeca atada de mil y una maneras diferentes. Quiere correrse en su carita de niña buena sin que ella pueda hacer nada. Se pajea a pocos centimetros y ...
    ... empieza a soltar lefazos por toda su cara. Ella no puede moverse. Le restriega la polla chorreante de semen por la cara y le da unos golpecitos de rabo en las mejillas.
    
    Luego la desata y los dos se limpian mientras hablan. El es caballeroso cuando acaban de follar, dominante y brusco en la cama pero la trata con normalidad cuando han acabado, como si fueran buenos amigos. La hora y media, dos horas que duran las sesiones de sexo Rebeca no piensa en nada, no tiene remordimientos, no tiene culpa, todo lo contrario, se siente plena y femenina, poderosa, ni penas ni dolor mientras Bilal se la folla. Pero cuando acaban aparace el nudo en el estómago.
    
    - Joder, joder, me había olvidado. Tengo que irme cagando ostias Rebeca, tengo algo que hacer y no me di cuenta de lo tarde que es, seré capullo.
    
    - Vete, tranquilo. Yo aún me tengo que duchar. No te preocupes.
    
    Bilal se viste en dos minutos y sale a toda prisa, cagándose en todo. Rebeca ni le pregunta que coño le pasa. La verdad no le importa ni un poco. Ya sola en la habitación se mete en la ducha, se limpia el semen que tiene por todo su cuerpo, el sudor, el olor a sexo del guarro. Pero el nudo en el estómago no se va. Sale del baño con una toalla en el pelo y empieza a recoger su ropa tirada por toda la habitación. Entonces suena el móbil. No es su sonido. Es el de Bilal, se ha dejado el teléfono el muy gilipollas. Lo coje y lo mira. No va a contestar evidentemente. Deja de sonar y llega un mensaje. “Rebeca contesta, soy yo ...
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