1. Mi marido obtuvo un mejor puesto gracias a mí


    Fecha: 07/11/2018, Categorías: Confesiones Autor: lauragv, Fuente: RelatosEróticos

    ... piernas, yo riendo se la retire, poco después repitió su movimiento y yo me pare con el pretexto de ir por mas botana, ahí me alcanzó Fernando quien sin decir mas me abrazo por la espalda y me dijo al oído.
    
    - Natalia me tienes muy caliente con este buenísimo cuerpo que tienes. – Sentí el arrimón de su verga en mis nalgas, una de sus manos en mi seno y la otra en mi vagina.
    
    Me solté como pude, tratando de no ser grosera, sabía lo que estaba en juego, no solo el ascenso de Genaro, sino su propio trabajo, cuando me disponía salir de la cocina, llego Rogelio y me agarró de la cintura.
    
    - Que linda estas Natalia – intentando darme un beso en la boca.
    
    Busque con la mirada a Genaro, pidiéndole que me sacara de esta situación de acoso que se estaba saliendo de control y que yo no aceptaba, pero no quería ser grosera con ninguno de los dos, Genaro me estaba viendo, cuando nuestras miradas se encontraron, él agacho la cabeza, agarró las llaves de carro y dijo en voz alta.
    
    - Voy por mas licor y hielos, regreso luego – Y salió de la casa.
    
    No lo podía creer, pues mi esposo me había dejado sola con sus dos jefes queriéndome coger, Fernando me abrazó por la espalda rodeando mi cintura con sus brazos y besándome el cuello, Rogelio quito los tirantes de mi vestido de los hombros dejándolos caer por mis brazos y quedando mis senos al descubierto.
    
    - ¡Que hermosos senos tienes! – Rozó con sus dedos mis pequeños pezones que tienen una areola rosa.
    
    - ¡No, no, déjenme por ...
    ... favor – Suplicaba llorando.
    
    Fernando bajó el cierre de mi vestido que llegaba hasta media nalga, dejando ver los hilos de mi tanga negra que hacía resaltar el color de mi piel. Me recargaron sobre la barra de la cocina y los dos comenzaron a chupar mis senos. Yo seguía llorando y suplicando que me dejaran, mientras intentaba impedir con los brazos que cayera mi vestido al suelo, pero no lo logré, quedando solo en mi tanga negra con maya transparente al frente, los dos me miraron de arriba abajo, Fernando me cargo en sus brazos y me llevó a la cama aventándome en ella, Rogelio saltó sobre mi para seguir chupándome los senos, mientras que Fernando hacia mi tanga a un lado y chupaba mis labios vaginales, metiendo su lengua tan profundo como podía, después me pusieron de pie, me quitaron la tanga y subieron una de mis piernas a una silla, Rogelio, ya sin camisa, se puso al frente comenzando a chupar mi vagina y Fernando por detrás me chupaba y mordía las nalgas y lamía mi culo cada vez que podía, me daba asco lo que me hacían, lloraba y suplicaba que se detuviesen, aunque mi vida sexual con Genaro era plena, experimentando todo lo que se nos ocurriera entre los dos, sólo me habían acostado con tres hombres y Genaro había sido el único desde que nos casamos once años atrás, Rogelio se puso de pie y se quitó los pantalones, Fernando me obligó a hincarme colocándose de mi lado izquierdo, ya estaba desnudo y sacudía su verga cerca de mi cara, era de tamaño normal pero mas gruesa que ...