La rebelión de mi madre (XIII): Prisión domiciliaria
Fecha: 07/08/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: hectornieto, Fuente: CuentoRelatos
... bamboleándose en cada paso.
Sigue en su andar y se baja la bombacha blanca manchandola con la tierra de sus dedos.
La deja caer al suelo y la levanta con su pie hasta tomarla con la mano.
Un solo segundo tuve para apreciar una vagina cubierta con vello púbico negro profundo.
Un solo segundo que alcanzó para que tuviera una erección.
Ella se pierde en los pasillos de la casa en búsqueda de ese baño que la deje limpia.
Espero mi turno para poder pasar. Hasta que veo salir desde el interior a mi madre cubierta con una minúscula toalla que apenas cubre sus pezones, la parte superior de sus pechos y el escote están a la vista.
Por debajo la toalla apenas cubre su vulva.
Está enrollado de tal manera que quedara al límite, es totalmente deliberada esa disposición.
Desde el pasillo se va acercando hasta verme bien, allí me hace señas de que pase, de que es mi turno de bañarme.
Me saco la remera, también el jean y las medias. Abro la puerta y hago mis primeros pasos.
Mi madre no se ha movido de ese pasillo, está esperando que pase.
El espejo del fondo nuevamente me muestra la parte de atrás de mi madre. Es tan corta esa toalla que se puede ver la redondez de cada nalga.
Trato de disimular pero la mirada tiene que elegir entre mirar sus tetas o su culo.
Mi erección es indisimulable, pero no quiero cubrirme para hacerlo mas notorio, asi que solo camino por ese pasillo.
Siento la mirada de mi madre en todo mi cuerpo, es intimidante, ...
... dominante.
Cuando la cruzo no emito palabra, solo voy hacia el baño sin mirar hacia atrás.
Siento entonces como mi madre me llama, me pide que me detenga.
Giro sobre mí y la veo acercarse como un felino.
"dame ese calzón así lo lavo hijo" me dice al llegar a mí.
Sus dedos separan el elástico de mi piel y lo baja de un tirón.
Se pone de cuclillas para recoger la prenda y se reincorpora pasando su rostro muy cerca de mi erecto pene.
"andá a bañarte" me dice mirándome a los ojos mientras sus uñas acarician mi abdomen debajo de mi ombligo.
Ese baño fue una tormenta de pensamientos, sin saber que hacer.
Al salir de la ducha veo que la unica toalla que había era una muy pequeña.
Trato de secarme con ella y ajustarla a mi cintura, pero apenas puedo anudarla.
Deja la parte inferior de mis nalgas a la vista y apenas cubre mis testículos.
Al salir, mi madre vestida con un deshabillé lleno de encaje y transparencias se acerca a mí con una copa de vino.
Se lo acepto y mientras bebemos en ese mismo pasillo, se hace hacia atrás y me contempla de arriba a abajo.
"¿no será muy grande esa toalla hijo?" me dice sarcásticamente.
El deshabillé es rojo, corto, muy corto, cada movimiento de ella amenaza con mostrar más de lo debido, el encaje acompaña bien al escote que también busca mostrarse cuando gira.
Me invita a pasar a su cuarto donde hay una toalla más grande para que me seque.
Al buscar la toalla en lugar de darmela se acerca y comienza a secarme ...