1. Historia de una hotwife: El Inquilino


    Fecha: 12/08/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Ishtar Flores, Fuente: CuentoRelatos

    ... un tremendo bulto. Me restregué aquel bulto en mi cara y lo mordí, eres tremenda Verónica. Luego tiré de la goma del elástico para descubrir como un resorte ante mis ojos una verga que cimbreó agradecida ante mi liberación. Si bien ya la había visto en video, cuando lo espiaba bañándose, verla en vivo, era un deleite, era muy grande unos 20cm, cabezona, se le marcaban las venas, morena, con la clásica curva hacia lado izquierdo y rasurada. Me detuve para mirarlo a los ojos deleitándome con su impaciencia.
    
    Posteriormente, hice lo justo para rozar su glande con la punta de mi lengua y comprobar su sabor. Un inconfundible olor a macho cabrio me penetró por las fosas nasales al mismo tiempo que saboreaba la punta de su pene. Recorrí con mi lengua de abajo arriba toda la longitud de su miembro. Procedí con una segunda y tercera pasada antes de engullir su verga en mi boca. Quise tragar cuanto pude y aprisionar su pene entre mis labios para ascender poco a poco deleitándome en cuantas sensaciones me producía estar arrodillada a los pies de aquel joven semental. Con mis dientes, agarre su prepucio e intentaba hacerlo para atrás, lo que hizo que gritara de dolor y placer. Con mi experiencia, de una sola mamada, me lo metí por completo en mi boca, sentía que me ahogaba, mientras Dionisio, me peinaba de una manera dulce, que hacía más delicioso el sexo oral, por un momento sentí desesperación pues me faltaba el aire, y él, aprovecho y me tapo la nariz, por lo que el aire no me ...
    ... entraba por ninguna manera, es un placer único, ahogarse en un miembro grande, pero con la fuerza de mi boca, alcance a morderlo, por lo que retiro su pene de mi boca. Y volvimos a repetir el acto oral, Dionisio no cabía de gusto al ver como su verga desaprecia en mi boca, se retorcía, incluso trato de aventarme ya que el placer era demasiado, pero yo se lo impedí devorándole con toda su dura verga.
    
    Posteriormente me levanto y me dijo quiero cogerte en tu lecho matrimonial, respondí, si amor, hazme tuya donde quieras, subimos y me aventó a la cama, quede a su merced, abrió fuerte mis piernas, retiro mi bata y empezó a besar mi tanga, la cual ya estaba muy mojada, -que rico, huele mi amor- le daba palmaditas a mi concha, inmediatamente quito mi tanga, la olio, se la enredo en su verga, después se dirigió a mis senos y quito el brassier para posteriormente mamar mis senos, parecía un becerro recién nacido, pegado a las ubres. Enseguida, bajo a mi zona íntima y empezó a chupar mi clítoris, con sus gruesos labios le daba buen trato, después besaba mi vagina, metía su lengua, le daba palmaditas, -ay que rico, mi amor- le decía mientas le agarraba los cabellos de su cabeza, me mordía sutilmente, se levantó y su verga la rozo con mi vagina, la cual ya ardía de deseo, se empezó a jalar la verga con mi tanga, y la ponía en mi concha, -esta muy caliente mi amor, ya métemela por favor, grite- tus deseos son ordenes, mi reina.
    
    En la clásica, pero fabula posición del misionero, me ...
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