Historia de una hotwife: El Inquilino
Fecha: 12/08/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Ishtar Flores, Fuente: CuentoRelatos
... que se acomodaba detrás de mí. Dionisio inmovilizó mis piernas con las suyas, podía sentir sus pelotas rozándose por mis nalgas, lo que me provocó cosquillas y una risa nerviosa al saber que teníamos el tiempo contado, antes de que llegaran mis hijas. De repente siento como un chorro de saliva cae sobre mi piel alrededor de mi ano y Dionisio comienza a embadurnarme reconcentrándola sobre mi esfínter. Se entretuvo en abrir y cerrar mis nalgas a dos manos hasta que en medio del juego siento la yema de uno de sus dedos presionando con sutileza contra el anillo más sensible de mi cuerpo. Inevitablemente mi cuerpo palpita, mis nalgas rebotan como flanes al contraer de nuevo los músculos de mis nalgas y hundo mi cara en la almohada mordiendo la funda ansiosa por gemir. -aaaaa, mmm- Casi me ahogo contra la almohada, me quedo sin aliento por unos segundos que Dionisio aprovecha para sodomizarme definitivamente con su miembro. Puedo sentir la palma de su mano abierta de par en par contra mis nalgas señal inequívoca de que me ha introducido el pene hasta el final.
Empiezo a gemir, arqueando mi espalda al tiempo que me provoca cierto escozor. Totalmente soportable. Acto seguido puedo sentir como empuja un poco más adentro en mi interior. Se siente diferente, me quema por fuera al tiempo que estimula un montón de terminaciones nerviosas en mis entrañas. Comienza a moverse con cierto ritmo. Siento mi cuerpo temblar y dejo escapar un grito seco que temo me delate con los vecinos y me ...
... lleve a la ruina. Mi macho aprovecha para castigar mis nalgas y jalarme del cabello. Eso duele, pero me encanta, esa extraña sensación de picor que ya me resulta familiar, sonriente y poseída por la lujuria, deslizo mi mano por debajo de mi cuerpo hasta alcanzar a acariciarme el clítoris yo misma. Casi al mismo tiempo Dionisio comienza a moverse violentamente, castigándome muy rico, el dolor de mi esfínter es superado con creces por el placer de ser la puta de mi inquilino.
Continuamos varios minutos así, nuestros cuerpos totalmente desnudos y sudados, hacen de la recamara un infierno, y yo gozando mi adulterio. Después saca su miembro, y siento palpitar mi ano a la vez que un inmenso vacío se apodera de mi cuerpo. Me volteo para mirarlo a los ojos. Veo como se recuesta en mi espalda. Siento su peso encima de mí aplastándome contra el colchón. Me cuesta respirar con él encima. Tiene la delicadeza de apartarme el pelo por detrás de la oreja antes de susurrarme en el oído…te amo Verónica, quiero cogerte diario, a lo que yo le respondo, seré tu puta las veces que quieras amor. Inmediatamente, alzo mi culo en pompa todo cuanto puedo para facilitarle la labor. Empujo y lo intenta, pero no entra, nuestros cuerpos están muy irritados, y le menciono, saca de mi mueble, un lubricante, se levanta y lubrica su miembro y mi ano, después separa mis piernas con los tobillos, una vez dispuesta lo vuelve a intentar. Siento como entra el glande, ese cuyas formas me parecen tortuosas. Duele. ...