Los ojos de Beatriz
Fecha: 21/08/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Fantasma Verde, Fuente: CuentoRelatos
... no seas exagerado Ricardo, pégate más que tengo frio. - Le ordenó su madre. Apretó lo más que pudo el pene entre las piernas y se acercó a ella. Su madre nuevamente se pegó a su cuerpo pero continuó despierta. La sensación de la erección de su hijo frotándose inconscientemente sobre su culo la había acalorado bastante. Hace mucho que no sentía esa calidez y el cosquilleo inequívoco de la excitación se hizo presente. “Es mi hijo ¿cómo puedo sentirme así? ¿Qué clase de madre soy?” se preguntaba sin poder hacer nada para calmar los nervios. Una cosa era fantasear con él e imaginarse una sesión amatoria y otra muy distinta era verdaderamente excitarse con su tacto y su cercanía.
Poco a poco fue bajando las manos y cuando tocó su entrepierna sorpresivamente estaba ya empapada. Comenzó a pasar un dedo a todo lo largo de su vagina pero se detuvo cuando Ricardo se movió nuevamente. Le costó demasiado relajarse hasta quedarse dormida.
A la mañana siguiente Ricardo despertó con el sol en la cara. Eran casi las 10 de la mañana y su madre ya se había levantado. Era sábado y no había mucho que hacer. Se quedó acostado y con la mirada perdida recreó toda la situación en su mente. Tocó su lado de la cama y de inmediato se avergonzó, pero la sensación de las nalgas de su madre persistía y no podía hacer otra cosa en ese momento más que masturbarse pensando en ella.
II.
Aunque pasaron varias noches después de aquel incidente, no podían apartar aquella situación de su mente. ...
... Ricardo se sorprendía de pronto pensando en ella en clase y su madre en él cuando le daba pecho a Adriana, que cada día se ponía más inquieta. Por esta misma razón, Beatriz le pedía a su hijo que durmiera con ella con más frecuencia y tal como aquella noche, se repetía aquella inusual situación: Ricardo inconsciente frotaba su erección en sus nalgas y ella se dejaba hacer, terminando empapada cada vez. Por la mañana, cuando lo despedía en la puerta, apenas entraba a la casa se acomodaba en el sillón para masturbarse casi frenéticamente, esta vez, pensando en él abiertamente. Esto era algo nuevo para ambos y estaban conscientes de que algo estaba sucediendo entre ellos, pero tenían demasiado pudor para hacerle frente y hablar abiertamente de eso. Simplemente se estaban dejando llevar, sobre todo Ricardo, que ansiaba a que llegara la noche para sentir nuevamente el contacto de las nalgas de su madre y ella, del bulto de su hijo.
Finalmente, después de varios días de batallar con la bebé, por fin tenían un momento de paz y querían aprovecharlo viendo su serie favorita, pero tan pronto se acomodaron sobre la cabecera de la cama, uno junto al otro, se quedaron dormidos. Todo ese fin de semana Adriana no había dormido ni media hora, cuando ya estaba nuevamente despierta y haciendo un gran escándalo por lo que su hermano debía calmarla inmediatamente. Cuando esta se dormía, su madre le daba un sonoro beso en el cachete a modo de agradecimiento y, en algunas ocasiones, muy cerca de los ...